Los 42.377 turismos y todoterrenos matriculados en enero de este año, apenas 400 más que en el mismo periodo de 2021, suponen el segundo registro de ventas más bajo para este mes desde el año 2000, constatando así la debilidad del mercado español del automóvil. El peor dato, como todos recordarán, fue el del año pasado, cuando España no solo sufría las consecuencias de la pandemia de la Covid-19, sino también los efectos de la borrasca Filomena, que dejó bloqueada a buena parte de España durante casi dos semanas, Madrid incluida. Aun así, las entregas de este pasado enero solo lograron superar en un 1% a las de 2021, pues el sector sigue arrastrando la falta de microchips, que reduce de manera fundamental los stocks disponibles de vehículos, así como la crisis económica derivada de la pandemia, dado que la recuperación no es general y está tardando más en unos sectores que en otros.
Ante esta coyuntura, y con el turismo de capa caída, las ventas a alquiladoras se desplomaron, cayendo nada menos que el 64,4%, con 1.615 unidades, y escondiendo tras ellas el repunte de las ventas a particulares, que crecieron el 13,3% hasta las 21.567 unidades, y del canal de empresas, que subieron el 4% y alcanzaron los 19.145 vehículos, según los datos de IEA para las asociaciones Anfac, Faconauto y Ganvam.
Las cinco marcas más vendidas en enero fueron, por este ordenr, Toyota, que rompe su techo en España y alcanza una cuota de mercado del 12,8%, con 5.800 unidades matriculadas, seguida de Peugeot, Kia, Volkswagen y Hyundai, mientras que la lista de modelos más demandados queda encabezada por los Toyota Corolla y C-HR, a los que acompañan en el Top 5 de enero el Dacia Sandero y los Peugeot 2008 y 208.
Las emisiones medias de CO2 de los turismos vendidos en el mes de enero se quedan en 118 g/km, un 7% menos que la media de los turismos nuevos vendidos en enero 2021. Y es que en enero de este año se han comercializado 19.084 turismos alternativos (electrificados, híbridos y de gas), que han superado las entregas de gasolina (16.226 unidades) y diésel (7.067), logrando una cuota de mercado del 45%. Entre ellos, los que registraron un repunte mayor fueron los eléctricos puros e híbridos enchufables, que ya suponen el 12,6% de cuota de mercado, mientras que los turismos híbridos no enchufables representan el 31%. Por el contrario, las matriculaciones de turismos de gas cayeron.
Por lo que respecta a los vehículos comerciales, en enero se matricularon 6.939 ligeros, el 27,3% menos que en el mismo mes de 2021. El segmento más afectado es el de furgones, con una contracción del 34,6%, hasta las 2.066 unidades. El canal más afectado es el de los autónomos, un 41% para un total de 1.664 vehículos.
En el capítulo de vehículos industriales, autobuses, autocares y microbuses, todos crecieron en en enero, con una subida del 14,5%. Los industriales pesados incrementaron sus ventas el 16,6% y los tractocamiones el 21,3%, de forma que son los segmentos que más crecen, con permiso de los microbuses, que elevaron sus entregas el 85%, pero con volúmenes muy inferiores.
El sector se debilita
Para la directora de Comunicación de Anfac, Noemi Navas, los datos de enero están muy afectados por la falta de stock a causa de la crisis de los microchips, pero también por la crisis económica derivada de la pandemia, que no se acaba de resolver. La situación coyuntural es mala, «pero lo cierto es que se pueden tomar iniciativas para no profundizar en la crisis», señala, y explica que «una mayor presión fiscal sobre la renovación complica la situación, retrae al consumidor y penaliza la descarbonización. No podemos considerar que estas cifras son adecuadas para el sector en España, porque están lejos de ser el mercado fuerte que nos corresponde». Navas advierte que la industria se está debilitando y no solo no puede contribuir a la recuperación de la economía, «sino que corre el riesgo de perder la relevante posición que ostenta en términos de PIB y empleo de calidad en España».
Por su parte, Raúl Morales, director de Comunicación de Faconauto, afirma que el cambio de año no ha supuesto un cambio de tendencia en las matriculaciones, que se han reducido a la mínima expresión, hasta casi la mitad de las que se registraban antes de la pandemia. La crisis de los microchips no se regulariza y es la situación que más está marcando el presente del mercado. «Es cierto que sí notamos una tímida mejora en la actividad comercial de los concesionarios, pero también percibimos que hay clientes que no terminan de ver clara la recuperación de su economía doméstica, por lo que la opción de adquirir un vehículo, en muchos casos, queda postergada», aclara. Morales indica que los datos de enero confirman que la automoción se está quedando fuera, de momento, de la recuperación general «que sí están protagonizando otros sectores y a la que nosotros deberíamos sumarnos, pero el motor de esa contribución son las ventas: si no se venden coches, una parte muy importante de la actividad económica del país también se está viendo frenada. Hay que recuperar cuanto antes el mercado».
Por su parte, la directora de Comunicación de Ganvam, Tania Puche, declara que el hecho de que la comparativa con el mismo mes del año anterior sea positiva «no debe hacernos perder de vista que los efectos de la pandemia y la crisis de los microchips continúan haciendo estragos en las ventas». Puche recuerda que, por segundo año consecutivo, «arrancamos el ejercicio por debajo de las 50.000 unidades, que es la mitad del volumen de matriculaciones mensuales que le corresponde a nuestro mercado por nivel de motorización, población y renta per cápita. Teniendo en cuenta que los próximos meses van a seguir marcados por la escasez de semiconductores y las alteraciones en la cadena de suministro, a 2022 podemos calificarlo como año de transición, porque no será hasta 2023 cuando, en principio, superemos la barrera del millón de unidades matriculadas».
