La automovilística Volvo ha anunciado un acuerdo con la startup de origen británico Breathe Battery Technologies que le servirá para emplear su software con el fin de reducir hasta en un 30% el tiempo de carga de sus próximos vehículos eléctricos, es decir, aquellos que lleguen al mercado durante los próximos dos o tres años. Este porcentaje de mejora se centra en las cargas que se realizan entre el 10% y el 80% de la batería, manteniendo la misma autonomía y densidad de energía. También indica la compañía sueca que estas mejoras en los tiempos de carga durarán todo el ciclo de vida de la batería y no afectarán a su estado.
Con esta inversión, realizada a través de su filial de capital riesgo Volvo Cars Tech Fund aunque sin precisar datos económicas sobre ella, permite a Volvo refrendar su empeño por convertirse en un fabricante sólo de automóviles 100% eléctricos en el año 2030.
Software y algoritmos para reducir tiempos
Al contrario que la carga escalonada tradicional, que se basa en reglas predeterminadas, el software de Breathe emplea la carga adaptativa para controlar de manera dinámica la batería en tiempo real, lo que reduce considerablemente los tiempos de recarga.
Utilizando algoritmos, el software gestiona el proceso de carga en función del estado de salud de la batería para ofrecer la mejor experiencia al conductor, evitando al mismo tiempo el riesgo de formación de depósitos de litio, un fenómeno que puede mermar el rendimiento y la vida útil de la batería.
Con esta inversión, Volvo no sólo se va posicionando para un futuro eminentemente eléctrico, también va poniendo solución a una de las grandes pegas que los clientes encuentran en este tipo de tecnología: los tiempos de carga. Y cumple también con su propósito de convertirse en una empresa circular en 2040, ya que esta tecnología no requiere un cambio en el diseño de la batería o modificaciones de la misma, con lo que no se genera impacto medioambiental alguno.
Una apuesta firme por el eléctrico
Volvo Cars Tech Fund se puso en marcha en 2018 para invertir en empresas y ámbitos tecnológicos con capacidad para transformar la industria del automóvil, por ejemplo, electrificación, inteligencia artificial, conducción autónoma, sostenibilidad y comercio digital. Volvo Cars Tech Fund realiza inversiones estratégicas para ayudar a las startups a prosperar y acelerar con ellas la transformación del sector mundial de la movilidad.