No se trata de un cambio generacional, sino de una puesta al día centrada en el diseño y en el equipamiento tecnológico con la que el Polo conseguirá impregnar de frescura y talante innovador a las numerosas flotas en las que estará presente.
Sin alterar para nada sus cotas exteriores, esta actualización de la sexta entrega del modelo fabricado en Navarra ha renovado su cara exterior a través de nuevos diseños para los paragolpes y sendos grupos ópticos, ahora con tecnología LED de serie en todas las versiones y con la posibilidad de incorporar, como novedad, el más sofisticado sistema de iluminación Matrix LED IQ.LIGHT, con intermitentes dinámicos y una tira luminosa por debajo de la parrilla frontal uniendo ambos faros.

Más digital
Su interior avanza hacia la digitalización proponiendo dos opciones de instrumentación digital, de 8 o 10,25 pulgadas, mientras que el climatizador opcional sustituye los habituales mandos giratorios y botones por superficies táctiles y deslizadores. Además, muestra un volante de nuevo diseño y refuerza su seguridad con la introducción de un airbag central en la fila delantera.
La oferta de infoentretenimiento se articula sobre cuatro sistemas, con tamaños de pantalla de 6,5, 8 y por primera vez de 9,2 pulgadas, con la posibilidad de disfrutar a bordo de servicios online gracias a la tarjeta eSIM integrada y de utilizar las aplicaciones de nuestro Smartphone vía CarPlay o Android Auto sin necesidad de cables.

Más cerca también de los segmentos superiores en cuestiones de seguridad, este nuevo Polo añade opcionalmente a su dotación de sistemas de ayuda a la conducción el IQ.DRIVE Travel Assist, con el que puede brindar una conducción parcialmente automatizada, de nivel 2, hasta una velocidad de 210 km/h. No se trata de un sistema nuevo en sí, sino de la fusión del control de crucero adaptativo ACC y el asistente de aviso de salida de carril Lane Assist.
Mismos motores, distintos acabados
No hay novedades en la familia de motores disponibles, de modo que el catálogo sigue contemplando los mismos cuatro bloques gasolina de tres cilindros y un litro, con potencias de 80, 95 y 110 CV. Los dos últimos son sobrealimentados y pueden contar con la transmisión automática DSG de siete relaciones, de serie en la versión más potente. También se ha desarrollado una opción de gas natural que en principio no llegará al mercado español.

Las posibilidades de elección para el cliente aumentan al pasar de tres a cinco el número de acabados disponibles en la gama: Polo, Life, Style y en clave más deportiva R-Line y sobre todo GTI. La opción de entrada Polo se convertirá seguramente en la más propicia para la flota, si bien Volkswagen quiere desterrar un poco esa idea de acabado base con una dotación más completa.
