Ahora que el renting de particulares, pymes y autónomos está más de moda que nunca y que las restricciones a la circulación en las grandes ciudades aprietan el cerco a los vehículos de combustión, un número creciente de usuarios se plantea cambiar su automóvil de gasolina o diésel por un híbrido o un eléctrico. Al respecto, la encuesta sobre el clima 2021-2022 del Banco Europeo de Inversiones señala que el 78% de los españoles con intención de comprar un coche elegiría uno de estos últimos, aunque todavía existen muchas dudas e inseguridades acerca de la recarga y sobre la instalación de puntos de recarga en el propio hogar.
De lo que no hay duda es de que el acceso a las grandes ciudades para los vehículos sin etiqueta medioambiental se va a terminar. Por el momento, el 1 de mayo Madrid estrena la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), con restricciones para los turismos sin etiqueta ambiental que no estén domiciliados en la ciudad de Madrid, al prohibir su acceso y circulación por las vías públicas urbanas del interior de la M-30, excluyendo la propia M-30. Medidas similares en el pasado impulsaron la compra de vehículos híbridos o eléctricos, tal y como demuestra que con la implantación de Madrid Central, en 2019, las ventas de vehículos de este tipo y de gas pasaran de representar del 8% al 32% del total de matriculaciones en España, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
Ante este nuevo panorama que se abre y para despejar dudas sobre la instalación de un cargador eléctrico en el hogar, CargaTuCoche, start-up española experta en la instalación de puntos de recarga, ofrece respuesta a las cuestiones más frecuentes que se plantean los usuarios a la hora de instalar un cargador eléctrico en su hogar.
Dónde y cuánto
La pregunta que más hacen los compradores de un coche eléctrico es dónde cargar. La falta de lugares de recarga es la razón principal por la que muchos desestiman la compra de un vehículo eléctrico o híbrido enchufable. Con solo 245 puntos por millón de habitantes, España está a la cola de Europa en número de cargadores públicos; en el lado opuesto, Países Bajos, con 4.760 cargadores por millón de habitantes. Esta escasez hace razonable que se quiera disponer de un punto de recarga personal que garantice tener siempre preparado el vehículo eléctrico.
La instalación del mismo en el parking comunitario no precisa del permiso de la comunidad de propietarios del edificio y basta con una comunicación por escrito al presidente y al administrador de la finca. Además, la instalación de un punto de recarga propio cuenta con subvenciones y ayudas públicas, que las propias empresas de instalación ayudan a solicitar y gestionar, acompañando y aconsejando a los usuarios para que logren el mayor beneficio posible.
El precio de la instalación de un punto de recarga depende de varios factores, como la distancia que exista entre la plaza de garaje y el contador de la vivienda, el propio instalador o la calidad del servicio y de los materiales. Un vehículo eléctrico no se puede cargar con un enchufe normal, ya que la potencia, los cables y el propio cargador son distintos. Su precio puede superar los 1.000 euros, contando ayudas estatales que permiten financiar parte de este coste, por lo que si una instalación se ofrece por menos de 700 euros, el consumidor debería estar atento y cerciorarse de que la información es correcta y que se cumplen todas las garantías.
En cuanto al cargador, no hay un formato universal de enchufe o cargador para vehículos eléctricos, por lo que conocer qué tipo de enchufe necesita el vehículo es esencial para elegir el cargador adecuado. Existen diferentes tomas de corriente para este tipo de vehículos, si bien el 90% de los modelos que circulan en Europa lo hacen con un conector de tipo 2 para cargas en corriente alterna, aunque también existen otros modelos, como el CCS Combo, que permite cargar en corriente alterna o en continua para carga rápida, y el conector CHAdeMO, el estándar de carga japonés, que permite acortar este tiempo para más comodidad.
Otro aspecto fundamental es el tipo de instalación eléctrica del domicilio, que puede ser trifásica (más rápida) o monofásica, lo que también influirá en el precio de la factura. Además, debe conocerse si el coche puede cargar en trifásico, ya que muchos no lo hacen. En cuanto a la velocidad de carga, depende de las necesidades de cada conductor y las características del vehículo. Los cargadores de 7,4 kW de potencia son los más habituales y su tiempo de carga ronda las 8 horas.
Profesionales cualificados
En caso de avería en la instalación eléctrica o en el propio cargador, lo mejor es acudir a la empresa que ha instalado el punto de recarga, más aún cuando todavía está en garantía. Lo importante es ponerse en contacto siempre con profesionales cualificados que cuenten con las certificaciones adecuadas que les permitan manipular, reparar e instalar estos dispositivos. Por eso, las empresas que realizan estas instalaciones suelen ser la mejor elección.
Enrique Alía, CEO de CargaTuCoche, está convencido del potencial de la movilidad eléctrica para transformar las ciudades y apuesta por facilitar este cambio a los españoles que quieren hacerlo, pero no saben cómo por la falta de información. «La mayoría no sabe que comprarse un coche eléctrico implica muchas veces instalar un punto de recarga doméstico y, por eso, queremos convertirnos en sus compañeros en este viaje hacia la movilidad eléctrica, asesorándolos y guiándolos en el proceso», concluye.