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VDMA pone el dedo en la llaga: “El problema no es el motor de combustión, sino los combustibles fósiles”

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VDMA, Asociación de la Industria de la Ingeniería Mecánica que representa a más de 3.400 empresas alemanas y europeas de este ámbito, asegura que los planes de la Comisión Europea de permitir solo vehículos eléctricos de batería y pila de combustible en el mercado europeo a partir de 2035 son el camino equivocado en términos de política climática e innovación.

Indica que la Unión Europea ha tocado la campana de «segundos fuera» para el motor de combustión cuando el problema no es la tecnología de los mismos, sino los combustibles fósiles. Por ello, la VDMA apoya y exige un camino tecnológico realista para el motor de combustión, al señalar Karl Haeusgen, presidente de la asociación, que «en lugar de prohibir el motor de combustión, limitando todas las emisiones del tubo de escape a cero, deben utilizarse todas las opciones de movilidad respetuosas con el medio ambiente. El motor de combustión interna alimentado por eFuels verdes y neutrales en CO2 sigue siendo un complemento necesario para la electrificación del transporte por carretera. Después de todo, el problema no es el motor, sino los combustibles fósiles utilizados hasta la fecha».

La industria europea, en peligro

El motor de combustión interna también sigue siendo económicamente importante. Según el estudio de VDMA «Drive Systems in Transition III», la cadena de valor del tren automotriz perdería 160.000 puestos de trabajo netos en caso de que no se fabricasen más motores de combustión en Europa después de 2040. Esta cifra, probablemente, será mucho mayor para el mercado laboral en su conjunto si la prohibición se adelanta cinco años.

Haeusgen admite que se crearán nuevos puestos de trabajo en los procesos anteriores de la cadena de suministro; por ejemplo, en el procesamiento de materiales para las celdas de las baterías y en el entorno de la infraestructura de carga. Pero afirma que «esto no sucede al mismo tiempo y de la misma manera; los nuevos puestos de trabajo no son intercambiables con los que se pierden».

Con una eliminación rápida y legal del motor de combustión interna, VDMA cree que se pone en riesgo la fuerza industrial de Europa. Así, Hartmut Rauen, director general adjunto de la asociación, explica que la Unión Europea renunciaría a su papel de liderazgo tecnológico e industrial en el motor de combustión interna en favor de otras regiones que se adhieren a la apertura tecnológica, y añade que «una mayor diversidad de tecnologías de propulsión climáticamente neutras, por otro lado, reduce la dependencia de las escasas importaciones de materias primas y aumenta la resiliencia económica».

El eFuel, imprescindible

VDMA indica que la escalabilidad del eFuel es imprescindible para permitir tecnologías de conducción respetuosas con el clima en otros ámbitos, como maquinaria de construcción, maquinaria agrícola, vehículos municipales o del sector del transporte. Comenta Rauen que, por lo tanto, «apoyamos una implementación abierta a la tecnología de la regulación de la flota que incluya un mecanismo de crédito voluntario para combustibles sostenibles y renovables. Dicho mecanismo está sobre la mesa y podría implementarse rápidamente como parte del proceso legislativo Fit-for-55″.

Plan de acción

Por otra parte, la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (Acea), la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (Clepa), el Consejo Europeo de Comercio y Reparación de Motores (Cecra) y la Asociación Europea de Fabricantes de Neumáticos y Caucho (Etrma) han publicado su «Plan de acción de 10 puntos para un ecosistema de movilidad resiliente, innovador, sostenible y digital» en respuesta a la visión para la transición del ecosistema de movilidad que en enero de este año ofreció la Comisión Europea. El documento recoge diversos escenarios para transformar las industrias automovilística, ferroviaria y marítima, fomentando las sinergias entre estos sectores.

Señala el documento que empleados y consumidores deben estar en el centro de la transformación del sector del automóvil y que las implicaciones ambientales y digitales del Green Deal deberían ser pilares clave de la ruta de transición, sin olvidar las recientes interrupciones en la cadena de suministro causadas por la Covid-19 y la guerra en Ucrania.

Los 10 puntos

Los 10 puntos contemplados en el plan de acción son:

  1. Desarrollar una estrategia de resiliencia de la cadena de suministro
  2. Crear un foro de partes interesadas gubernamentales y automotrices
  3. Impulsar la política de competencia de la Unión Europa en consonancia con las medidas nacionales
  4. Garantizar una política energética pragmática, basada en una combinación de vectores energéticos
  5. Garantizar la seguridad del suministro, teniendo en cuenta las nuevas dependencias de la electrificación
  6. Mantener un enfoque de tecnología abierta, permitiendo que todas las soluciones bajas y netas de carbono compitan
  7. Apoyar las medidas del lado de la demanda para la renovación de vehículos y neumáticos
  8. Acelerar el trabajo normativo sobre la digitalización del transporte
  9. Apoyar un Pacto de Capacidades sectorial con medidas concretas y financiación
  10. Garantizar la contratación pública en el transporte centrada en la innovación

Además, el plan de acción hace una serie de recomendaciones específicas para el sector del automóvil, que pasan por gestionar la transición tecnológica hacia la movilidad cero y neutra en carbono, mantener la movilidad asequible, especialmente considerando los crecientes costos de energía, materiales y combustible; gestionar el cambio estructural en regiones automotrices; y proporcionar un camino específico para la transformación de la fuerza laboral.

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