La necesidad de disponer de vehículos que puedan llevar la etiqueta ECO en sus parabrisas ante la entrada en vigor de las Zonas de Bajas Emisiones en muchas ciudades está forzando a muchos conductores a transformar sus vehículos con motores de combustión tradicionales para que puedan utilizar igualmente gas licuado del petróleo como fuente de energía.
Solo en 2023, más de 4.000 vehículos fueron transformados en este sentido, lo que supone un incremento del 13,9% con respecto a las transformaciones efectuadas durante el año anterior, además de una importante mejora en cuanto a las expectativas que el sector tenía para este mercado para el pasado ejercicio.
Previsiones holgadamente superadas en 2023
Las previsiones avanzadas por la Asociación de Transformadores de Vehículos (ASTRAVE) hablaban de aproximadamente unas 3.800 unidades alteradas al uso del GLP como fuente de energía de impulsión durante 2023, cifra que finalmente ha superado las 4.000 durante el año pasado.
Esto viene a corroborar el creciente interés que muchos conductores tienen por mantener sus actuales vehículos, dado que consideran que todavía son perfectamente utilizables con total seguridad, pero que igualmente necesitan disponer de tecnologías de impulsión que les permitan circular por las ZBE de sus ciudades sin tener que ser multados y sancionados por ello.
Más de 4.000 transformaciones el año pasado
En 2023, más de 4.000 conductores han optado por el uso de la tecnología del GLP como la solución a sus problemas y también como fórmula para ahorrar en su factura de combustible, pues este tipo de gas aporta entre un 30% y un 40% de ahorro con respecto al uso de los combustibles tradicionales, en función de las distintas variaciones de los mismos existentes en el mercado.
ASTRAVE recuerda en todo caso que no vale cualquier vehículo para poder ser adaptado al uso del GLP para conseguir la etiqueta ECO, dado que la normativa exige que los vehículos originales deban haber sido matriculados a partir de 2006 si cuentan con motores impulsados por gasolina o de 2016 si su motor es diésel.
Según los datos proporcionados por ASTRAVE, durante 2023 el modelo que fue objeto de un mayor número de transformaciones en el mercado español fue el Toyota Corolla, seguido por otros productos de la firma nipona como el Prius, Prius Plus y Auris.
Toyota, la marca que más transformaciones recibe
Con cuatro modelos al frente de la tabla de transformaciones, lógicamente Toyota se posiciona como la marca líder de este peculiar mercado, aunque fuentes de la propia Asociación de Transformadores de Vehículos también han destacado el número de transformaciones efectuadas por otras marcas durante el pasado año.
En 2023, fabricantes de todo tipo integran las listas de modelos transformados, destacando especialmente por su reiterada presencia marcas como Seat, Porsche, Nissan o Kia. Los modelos de estas marcas más transformados fueron los Ibiza, Cayenne, Qashqai, Sportage y Ceed.
“La adaptación de vehículos al uso del GLP como alternativa de transición hacia una movilidad sostenible ha conseguido un impulso muy importante durante los últimos años”, comenta Javier Navarro, presidente de ASTRAVE. “Se trata —afirma Navarro— de una tecnología fiable y muy consolidada que permite a los vehículos circular contaminando menos, a la vez que ahorrando en cada repostaje que realizan y prolongando además su autonomía”.
Precio significativamente más reducido
El GLP, también comercializado como LPG o Autogás, es un combustible surgido de la combinación de una serie de gases licuados obtenidos durante el proceso de refinado del gas natural y el petróleo. Su precio es significativamene más reducido que el de los combustibles tradicionales , llegando incluso a posicionarse a mitad del de la gasolina.
La adaptación de un motor de combustión tradicional al uso de este tipo de combustibles es relativamente económica y sencilla de llevar a cabo. Y, además, cuenta con la ventaja no sólo de ser reversible, sino que incluso una vez realizada sigue permitiendo que el vehículo, cuando es necesario, pueda seguir utilizando el combustible original para el que fue concebido y fabricado.
Para que un vehículo pueda funcionar utilizando GLP debe disponer de un depósito específico para este gas (habitualmente se instala en el maletero, lo que reduce la capacidad de carga del mismo) y debe contar con una boca de carga externa adecuada y homologada, así como de unos conductos que permitan al gas alcanzar el motor y que se conmutan en función del tipo de combustible que el conductor prefiere utilizar.
Rápidos repostajes
De gran éxito en países europeos como Polonia, Italia y Alemania, el repostaje del GLP es algo más complejo que el de los combustibles tradicionales pero igualmente rápido de efectuar, lo que no obliga a largas permanencias en las estaciones de servicio cada vez que es preciso rellenar el depósito.
Como todo el circuito por el que circula el gas en el coche está convenientemente presurizado, el repostaje del GLP se efectúa mediante el uso de un boquerel especial en el que se utiliza un conector y un adaptador que permite conectar la manguera de distribución de la estación de servicio con la boca de llenado del coche sin que se produzcan pérdidas de presión en el sistema ni el gas se escape.
Fácil amortización
La inversión necesaria para adaptar un vehículo con motor de combustión al uso del GLP se puede amortizar tras unos 50.000 a 60.000 kilómetros de uso gracias a la fuerte diferencia de precios existentes entre las distintas ofertas de GLP disponibles en el mercado y las de las gasolinas y gasóleos.