Suzuki Motor Co. se suma a los nuevos métodos de movilidad con el acuerdo recientemente firmado con Lomby, una start up japonesa creada en 2022, gracias al cual van a desarrollar conjuntamente robots autónomos destinados a efectuar labores de reparto de última milla.
Esta actividad va a experimentar fuertes cambios en sus sistemas de movilidad durante los próximos años, y los fabricantes no quieren perderse ni una sóla de las oportunidades que estas variaciones pueden llegar a ofrecerles en el mercado.
Así, Suzuki Motor Corporation acaba de anunciar el acuerdo alcanzado con la start up japonesa Lomby para el desarrollo conjunto de robots autónomos con los que efectuar servicios y labores de reparto de paquetería de última milla en los núcleos urbanos.
LOMBY es una empresa especializada en el desarrollo, suministro, operatividad y servicios con vehículos autónomos de reparto con vistas a resolver los posibles problemas logísticos que ya están surgiendo en las operaciones de entregas y atención a los clientes de última milla. Una actividad cada vez más demandada gracias al notable incremento que están experimentando las compras online y la entrega de alimentos y otros productos a domicilio.
Utilizando como punto de partida tanto piezas comunes ya presentes en algunos de sus modelos, así como en sillas de ruedas de impulsión eléctrica —buscando con ello reducir al máximo tanto los costes de diseño y producción de los modelos resultantes—, Suzuki se hará cargo de supervisar el diseño de los robots y del desarrollo de la plataforma de funcionamiento de los mismos.
Por su parte, LOMBY será quien cree el prototipo del modelo a comercializar, haciéndose cargo de las modificaciones necesarias para transformarlo en un robot de reparto autónomo, así como de desarrollar un sistema adecuado para las labores de reparto y de realizar las pertinentes pruebas y demostraciones de su funcionamiento.
Ambas empresas colaborarán, además, en el estudio del uso de piezas comunes tanto para los robots como para las sillas de ruedas eléctricas que también producen, a fin de reducir al máximo posible los costes de producción y fabricación de los diferentes modelos previstos. El objetivo final contempla la homologación de los robots autónomos resultantes como vehículos de micromovilidad teledirigida, a fin de poder disfrutar de uso en vías públicas acorde a las normativas de tráfico y circulación vigentes.