Más de 6.000 personas podrían perder la vida durante los próximos diez años en accidentes provocados por las deficientes condiciones de iluminación de sus vehículos y no disponer en ellos de tecnologías más seguras como las luces LED. Actualmente, uno de cada tres siniestros de tráfico se produce por las limitaciones de visibilidad que provoca una iluminación deficiente de la carretera.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio de seguridad vial sobre los “Efectos de la iluminación deficiente en la siniestralidad vial” elaborado conjuntamente por la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial) y Lumileds, empresa líder global en soluciones innovadoras de alumbrado perteneciente al Grupo Philips.
Según el estudio, es “imprescindible asumir compromisos colectivos e involucrar a Administraciones públicas, talleres, ITVs, autoescuelas y cuantos actores clave para la seguridad vial sea posible, para acabar con esta grave deficiencia en nuestras carreteras”.
El viejo lema de “ver y ser vistos” se convierte nuevamente en una máxima que todo conductor debe tener siempre presente cuando sale a la carrera al volante de su automóvil. Se trata de una norma básica que debemos preservar siempre, sí o sí, para poder desplazarnos con la máxima seguridad posible.
“La iluminación del vehículo es fundamental para evitar siniestros de tráfico. El estudio busca aportar información y datos fiables sobre la importancia que tiene el alumbrado del vehículo, su mantenimiento y conservación para que nos ayude como sociedad a minimizar los siniestros de tráfico y sus consecuencias”, afirmaba Ana Belén Martín, responsable de Marketing y Retail de Lumileds, durante la apertura del evento en el que se dio a conocer el estudio.
“Conocer mejor los siniestros de tráfico que se producen por la concurrencia de una mala iluminación y sus fatales consecuencias es la principal finalidad del estudio”, apuntaba , José Ignacio Lijarcio, director técnico de Fesvial.
Para la elaboración del estudio, los autores analizaron los siniestros viales producidos en un período de cinco años (2017-2021) que figuran en los registros de la DGT en los que concurrían como una de las causas la iluminación incorrecta en el momento del accidente, tanto la del propio vehículo como por causas externas, como puede ser la iluminación de la vía, por las condiciones climatológicas o por el deslumbramiento provocado por otros vehículos y usuarios.
De igual modo, también se tomaron en consideración los resultados sobre deficiencias detectadas en la iluminación durante las inspecciones ITV. “Hemos trabajado con diferentes categorías de siniestros bajo distintas formas de visibilidad limitada por iluminación deficiente y hemos agrupado aquellos en los que la baja visibilidad resultó un factor determinante bajo el término de siniestros AVLID”, comenta Lijarcio.
Según los resultados obtenidos, más de uno de cada tres siniestros de tráfico (36,6%) se produce en nuestro país por circunstancias de visibilidad limitada o por iluminación deficiente. Sin luz natural, con iluminación artificial de la vía se produjeron 75.537 accidentes, el 16% del total de siniestros analizados durante el período de estudio. Los que se producen sin iluminación de la vía, ni natural ni artificial de ningún tipo, sumaron 58.714, el 12,5% del total de siniestros, mientras que aquellos que sucedieron bajo condiciones de meteorología adversa limitante de la visibilidad fueron 48.817, el 10,2% del total.
El estudio pone de relieve que la falta de visibilidad como factor causante de los accidentes de tráfico no conoce de temporalidad o de fase alguna. Durante el período analizado en el estudio, el porcentaje de siniestros permanece estable siempre, aunque hay dos situaciones que llaman poderosamente la atención, como son el incremento de siniestros mortales por no usar el alumbrado obligatorio, que pasó del 1,7% en 2017 al 6,4% en 2021) o el hecho de circular sin luz o deslumbrado, que se incrementó del 1,9 al 3,2 por ciento en iguales fechas.
A peor visibilidad, mayor gravedad del siniestro
El informe también destaca el fuerte incremento de la gravedad del siniestro que se produce en aquellos accidentes con víctimas mortales o heridos muy graves en los que entre las principales causas figura el circular sin hacer uso del alumbrado reglamentario o se hacía sin luz alguna o deslumbrando. Bajo esas circunstancias, cuando se produce un accidente la lesividad es más del doble que en el resto de los siniestros analizados. De igual modo, utilizar luces no reglamentarias también provoca una muy alta lesividad en caso de producirse el siniestro.
En este mismo sentido, tanto Fesvial como Lumileds destacan la importancia de evitar instalar productos o elementos en el coche que generen deslumbramientos, dado que sus consecuencias serán siempre mucho más graves que las del resto de siniestros. Por el contrario, cuando los siniestros AVLID se producen como consecuencia de la meteorología adversa, tanto el número de víctimas como la gravedad de sus lesiones es menor, reduciéndose igualmente el número de fallecidos. Ello se debe, según indican los autores del estudio, a que bajo estas situaciones el nivel de alerta de los conductores se incrementa notablemente, cosa que no sucede cuando nos provocan un deslumbramiento repentino.
La luminosidad no entiende de carreteras o tipos de vía. Los siniestros provocados por la falta de luz se dan tanto en vías urbanas como en interurbanas; de hecho, se producen en mayor número donde, al menos teóricamente, suele haber mayor disponibilidad de luz. En vías urbanas se produjeron el 63,7% de los siniestros estudiados, mientras que en las vías interurbanas fueron el 36,3%.
Además, es en estas vías, las urbanas, donde se da el mayor número de siniestros por infracciones en el alumbrado. Una siniestralidad alta (73%) pero con frecuencia de ocurrencia muy baja (0,2%), que sorprendentemente tiene una elevada tasa de mortalidad (2,6%). En el caso de los siniestros por iluminación artificial, la siniestralidad también es elevada (82,4%) al igual que su frecuencia también es alta (16%), si bien la tasa de mortalidad es claramente menor (1,3%).
Es evidente que en vías interurbanas conducir sin iluminación es la mayor causa de siniestralidad. Sin embargo, los siniestros con mayor índice de mortalidad se producen en carreteras convencionales de calzada única, donde la visibilidad restringida por alumbramiento concurre en el 54,8% de los casos, el uso de alumbrado no reglamentario en el 55,6% o el circular con infracción en el alumbrado, sin luz o deslumbrado en el 54,8%.
El estudio también analiza una casuística especialmente preocupante, como son las de los vehículos de movilidad personal (bicicletas, patinetes, etc.) Estos vehículos de micromovilidad son precisamente los que se ven más implicados en siniestros en vías urbanas por no usar el alumbrado reglamentario que se les exige (37,2%) o por cometer infracciones en su alumbrado (19,3%).
Los turismos, lógicamente dado su mayor número, son los que más aparecen implicados en siniestros con visibilidad restringida (83,6%), porcentaje que claramente cae cuando son siniestros por meteorología adversa (64%), donde motocicletas y especialmente los ciclomotores concurren en el 61% de estos siniestros y en el 18,1% de las ocasiones con visibilidad restringida.
En vías urbanas, los siniestros más graves se producen donde concurre una iluminación deficiente, en especial por visibilidad restringida (1,6% de los fallecidos y 11,1% de los heridos graves) y por infracciones en el alumbrado (1,14% de los fallecidos y 9,4% de los heridos graves). Por meteorología adversa, dado el mayor nivel de alerta de los conductores, es donde se producen los menores niveles de lesividad (0,3% de fallecidos y 2,5% de heridos graves).
El estudio destaca que al hablar de fallecidos y heridos graves, peatones, conductores y pasajeros sufren por igual las consecuencias de los siniestros por iluminación deficiente, pero son muy especialmente los primeros los que se ven más afectados. La letalidad cuando se ve un peatón afectado en el siniestro es por lo general mucho mayor, hasta el punto de que cuatro de cada diez fallecidos en siniestros con visibilidad restringida fueron peatones. En el caso de los accidentes con iluminación artificial, la relación es de uno de cada tres y de uno de cada cuatro en los sucedidos bajo meteorología adversa.
La antigüedad del parque no ayuda tampoco en esta cuestión de la visibilidad. Son precisamente los vehículos de mayor edad los que aparecen recurrentemente como los más implicados en los siniestros por no usar el alumbrado reglamentario (12,57 años de media), circunstancia que se irá agravando dado el progresivo envejecimiento del parque que sufrimos y el que presumiblemente se va a producir en estos próximos años.
Para 2023, el estudio estima que se van a producir un total de 1.584 fallecidos en siniestros de tráfico en España. De ellos, unos 683 serán en accidentes AVLID, es decir, siniestros derivados de una visibilidad limitada o iluminación deficiente. De seguir así, para 2031 el estudio calcula que para un total de 1.487 fallecidos, las previsiones apuntan a 641 casos AVILD. El estudio indica que el porcentaje de AVLID en la siniestralidad en España se mantendrá estable en torno al 36,6%.
El informe no acaba sin dedicar especial atención a las ITV y su importante función. Uno de cada cuatro vehículos que acude a la inspección no la supera por problemas en su iluminación. Alumbrado y señalización es la categoría que mayor número de deficiencias presenta en las ITV, tanto leves como graves. Y mientras que las primeras permanecen más o menos estables, en los últimos años, especialmente a partir de la pandemia, se ha detectado un importante crecimiento de las más graves.
El estudio concluye con las habituales recomendaciones generales, un decálogo a modo de mandamientos para circular con el sistema de alumbrado del vehículo en buen estado y garantizar la seguridad vial, realizar inspecciones visuales periódicas del buen funcionamiento del mismo, reemplazar las lámparas por pares, sustituirlas por otras más potentes, mantener las luces encendidas si no se dispone de sistema de luz diurna en el vehículo, revisar frecuentemente el estado de la batería, restaurar los cristales de los faros en caso de rotura, regular su correcta altura y limpieza, llevar lámparas homologadas y mantener los faros en un buen estado, para lo cual, si es preciso, acudir siempre a un mecánico o taller profesional.
De igual modo, tanto Fesvial como Lumileds recuerdan la importancia de informar y sensibilizar a conductores, peatones y demás usuarios de las vías públicas respecto de garantizarse siempre los elementos necesarios tanto para ver como para ser vistos mientras circulamos por calles y carreteras. Promover el uso de prendas reflectantes y elementos de iluminación adecuados al modo de transporte que usamos, en especial en el caso de aquellos más vulnerables.