La negativa del Gobierno español a levantar el veto a los motores de combustión a partir de 20235 ha sido criticada por el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz. La no defensa del uso de los combustibles sintéticos a partir de dicha fecha y apoyar con ello la prohibición de los vehículos que usen motores de esta tecnología en el futuro ha sido objeto de fuertes críticas por el dirigente de la petrolera española.
«Me alegro de que el Gobierno alemán y el Gobierno italiano hayan estado impulsando esta apuesta. Me hubiese gustado también ver al Gobierno español apoyando el no al prohibicionismo, sobre todo por el sector de la automoción español. Somos el segundo fabricante europeo de coches y esto hubiese sido un grave problema para el país», comentó el CEO de Repsol en la jornada «Wake Up Spain» organizada por el periódico «El Español».
El acuerdo alcanzado en el seno de la Unión Europea a este respecto ha sido especialmente aplaudido por Josu Jon Imaz, dado que supone «un importante respaldo» para la apuesta industrial que el grupo petrolero español está efectuando actualmente en materia de desarrollo de nuevas fuentes de energía limpias y sostenibles.
Para Josu Jon Imaz, «Europa finalmente ha sido consciente del grave error que suponía prohibir la venta del motor de combustión en 2035″. Para el dirigente español, el camino a seguir pasa «por defender la neutralidad tecnológica» y por «realizar los esfuerzos necesarios» para que los ecocombustibles que se vayan incorporando a futuro «tengan el menor número de emisiones posibles; o sea, cero emisiones».
«Una movilidad sólo para ricos»
Además de criticar la postura del Gobierno español en este tema, Imaz también lanzó un importante alegato en contra de «la incertidumbre» que «las medidas de los prohibicionistas» actualmente están generando entre los consumidores. Para el CEO de Repsol, «la gente actualmente no sabe qué coche comprar. Estamos haciendo una movilidad sólo para ricos» y eso no soluciona ninguno de los problemas que tenemos: «El parque español es cada vez más y más antiguo —dijo Imaz— y eso dificulta enormemente la reducción de las emisiones que se persigue».
Unos mensajes que, además, resultan doblemente peligrosos, pues con ellos lo que se está consiguiendo es terminar con los incentivos necesarios para que los fabricantes de coches inviertan en mejorar la eficiencia de los motores y de los combustibles que utilizan. «Los fabricantes —dijo Imaz— ya no van a invertir más en mejorar la eficiencia de sus motores, con lo cual las emisiones de los coches no van a bajar».
Una situación, asimismo, que «es muy mala para el sector industrial español, es muy mala para los consumidores y es muy mala para el medioambiente». De hecho, estas declaraciones se producen cuando todavía sobrevuela por Bruselas la polémica sobre la futura aprobación de la normativa Euro VII, a la cual la práctica totalidad de los fabricantes se opone dadas las escasas posibilidades de poder recuperar la inversión necesaria para su desarrollo antes de producirse la prohibición de producción de motores de combustión en 2035.
Para el CEO de Repsol, lo mejor es permitir que el consumidor pueda optar «con plena libertad» a la hora de elegir el coche que quiere comprar pudiendo elegir la tecnología que más le interese en cada momento. Una clara demostración de que lo verdaderamente importante y de lo que hay que hacer «es garantizar que los coches emitan poco, no que dispongan de una u otra tecnología».
«El reto de reducir las emisiones de CO2 es demasiado importante. Necesitamos de todas las tecnologías trabajando conjuntamente para alcanzar este objetivo». Un objetivo que, además, debemos alcanzar «basados en las enormes capacidades industriales tecnológicas que hay en España», añadió el CEO de Repsol.
Imaz insistió igualmente en el «fracaso de la política energética europea» tras haberse centrado exclusivamente en la sostenibilidad y dejar de lado la seguridad de suministro y el garantizar que la energía tenga un precio asequible.
Una política que, además, no para de hacerse «trampas en el solitario, dado que mientras que el mundo aumenta las emisiones de CO2, ¿qué pasa en Europa? Que decimos no. Aquí las estamos bajando, sí, pero porque las estamos escondiendo debajo de la moqueta», añadió Imaz.
Un comportamiento que, en el caso de España, destacó que supone un «magnífico ejercicio de hiprocresía». Según Imaz, mientras que «estamos trayendo gas natural de Estados Unidos», lo que deberíamos estar haciendo es «tratar de utilizar todas las fuentes a nuestro alcance». Para el CEO de Repsol, el camino emprendido por los Estados Unidos en materia de transición energética es más racional y «tiene pinta de que va a tener bastante más éxito que el europeo». Aprendamos del modelo americano y olvidemos el palo y el proteccionismo europeo», destacó el directivo de la petrolera española.