Repsol, Bilbobus y Alsa han comenzado la primera prueba piloto en España con HVO, un combustible de cero emisiones netas; es decir, que el CO2 que el autobús expulsa por el escape a la atmósfera se ha compensado previamente con los residuos vegetales utilizados para la obtención del biocombustible.
Así pues, doce autobuses de la flota Bilbobus circularán los próximos cuatro meses por Bilbao alimentados por HVO, biocombustible producido a partir de residuos que cumple con las certificaciones de sostenibilidad que exige la Directiva de Energía Renovable de la Unión Europea. Además, la flota de Bilbobus, operada por Alsa, no necesitará realizar ninguna modificación, ya que HVO cumple con todos los requisitos técnicos que garantizan su uso en la actual flota.
300 toneladas menos de CO2
Durante la prueba piloto, que ahorrará alrededor de 300 toneladas de CO2 y en la que se utilizarán 100.000 litros de HVO suministrados por Repsol Technology Lab, se quiere demostrar que los biocombustibles avanzados producidos a partir de residuos son parte de la solución para alcanzar los objetivos de sostenibilidad porque ayudan a diversificar la matriz energética de España.
Alsa, socio estratégico de Repsol, inscribe esta prueba en la flota de Bilbobus dentro de su estrategia de innovación, con la que busca soluciones encaminadas a reducir la huella de carbono que generan sus operaciones, a la vez que apuesta por liderar la transición hacia flotas cero emisiones en España.
Por su parte, Repsol, en línea con su compromiso de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050, intenta reforzar su papel como actor relevante en la transición energética y como suministrador clave de ecocombustibles para el transporte, apoyándose en la economía circular. Por ello, el proyecto ha contado con la participación del Repsol Technology Lab, centro de investigación, en el que trabajan 240 científicos, que ha realizado las pruebas para garantizar que el HVO cumple con todos los requerimientos de la Directiva de Energía Renovable de la Unión Europea.
Hoja de ruta
Las instituciones comunitarias ya han marcado una hoja de ruta a través de una nueva directiva que plantea un mínimo del 14% en energía renovable en el transporte en 2030. Sin embargo, la legislación española, a través del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), se ha impuesto un objetivo más exigente, subiendo al 28% la energía renovable en el transporte para 2030. Con este proyecto, Repsol se anticipa al marco normativo con un combustible 100% renovable y avanza en su objetivo de ser una compañía neutra en carbono en 2050.
La Agencia Internacional de la Energía considera que los biocombustibles serán claves en la descarbonización del transporte, principalmente a partir de 2030 en sectores en los que la electrificación presenta dificultades. En este sentido, Repsol lleva incorporando biocombustibles a sus carburantes de automoción desde hace más de dos décadas.
Durante los últimos años se ha ido incrementando el contenido de biocombustibles y en 2021 esta cifra ha alcanzado el 9,5% en energía, en línea con los requisitos regulatorios en España, que trasladan los compromisos acordados como país con la UE.