Renault ha volcado toda la experiencia adquirida durante la última década en el desarrollo de vehículos eléctricos en el nuevo Mégane E-TECH Electric, modelo que estará disponible en la primavera de 2022 con un precio, sin descuentos ni ayudas a la compra, que rondará los 40.000 euros, convirtiéndose en el primer representante de la nueva generación de coches eléctricos de la marca del rombo.
Esta versión del compacto francés rompe totalmente, en lo que a estética se refiere, con su predecesor y ofrece unos mayores ratios de versatilidad y polivalencia. Convivirá durante un tiempo con los Mégane con motor térmico que comercializa actualmente la compañía, pero más adelante, aún sin fecha, será el único representante de esta familia.
Este nuevo y revolucionario Mégane E-TECH Electric, el primer vehículo de la marca que se fabrica en ElectriCyti, un polo industrial al norte de Francia dedicado exclusivamente a la producción de coches eléctricos, estrena la plataforma CMF-EV de la Alianza. Es una plataforma reservada a los vehículos 100% eléctricos de este grupo automovilístico que permite unas elevadas posibilidades a los ingenieros en todo lo que se refiere a diseño o a la implantación de los diferentes elementos mecánicos. Un claro ejemplo de ello es que el compartimento del motor es más pequeño al necesitar menos espacio que los térmicos, lo que permite aumentar la distancia entre ejes y con ello mejorar el espacio reservado para los pasajeros.
Diseño rompedor
Estéticamente, este nuevo Mégane 100% eléctrico rompe con todos los moldes y códigos de estilo de su predecesor. Estrena el nuevo lenguaje de diseño “sensual-tech”, siendo el primer producto de Renault que luce en el frontal el nuevo logotipo de la marca, sorprendiendo además con una carrocería con aspecto crossover y unos detalles muy tecnológicos, como es el caso de los faros con tecnología LED con seis reflectores cada uno y con un espectacular efecto lumínico para dar la bienvenida al conductor.
Sus dimensiones son muy compactas, conformándose con una longitud de 4,21 metros (2 cm menos que el Captur), pero gracias a una distancia entre ejes muy generosa de 2,7 metros, propiciada por la colocación de las ruedas en los extremos de la carrocería, se disfruta de un interior amplio y voluminoso, especialmente en los asientos traseros. También cuenta con un maletero muy capaz de 440 litros y bajo el piso de carga dispone de un hueco para guardar los cables de recarga.
Revolución interior
En el interior también se puede apreciar una gran revolución con respecto al resto del catálogo Renault. Este Mégane E-TECH Electric estrena el nuevo salpicadero digital OpenR, con dos pantallas unidas. La del cuadro de instrumentos es de 12,3 pulgadas y cuenta con diferentes posibilidades de personalización. Y la pantalla del centro del salpicadero puede ser de hasta 12 pulgadas en las versiones más completas y en ella cobra un protagonismo muy especial el sistema multimedia que ha desarrollado Renault en colaboración con Google, compatible con Apple CarPlay y Android Auto y con el respaldo de un buen número de aplicaciones del gigante americano. También permite actualizaciones online.
Otros detalles significativos del interior son las levas que hay tras el volante, que permiten ajustar la intensidad de la frenada regenerativa en cuatro niveles, el mando que permite seleccionar los distintos modos de conducción, la tapicería fabricada con materiales reciclados y sobre todo la multitud de pequeños huecos repartidos por todo el habitáculo. Un interior amplio y confortable que integra, además, un equipamiento muy completo en todos los aspectos, en el que se incluye una generosa dotación de sistemas de seguridad y de ayuda a la conducción.
Dos potencias y dos rangos de uso
Para el Mégane E-TECH Electric, Renault propone dos niveles de potencia, 130 y 218 CV, con unas baterías, respectivamente, de 40 y 60 kWh. La primera de ellas con una autonomía de hasta 300 km y las segunda con un rango de hasta 460 km. El motor, totalmente nuevo, está ubicado en la parte delantera del vehículo y tiene la particularidad de contar con un rotor bobinado eléctrico, en vez de imanes, evitando con ello el uso de tierras raras en su fabricación, elementos que van de la mano de una minería poco respetuosa con el medio ambiente. Del motor se podría destacar igualmente su peso muy contenido de 145 kilos, un 10% menos que el del Zoe. Motores que aseguran unas buenas prestaciones, estando la velocidad máxima limitada a 160 km/h.
Las baterías, con una mayor densidad que las utilizadas hasta el momento por Renault, son también mucho más finas, tienen solo 11 cm de altura. Están situadas bajo el piso del coche, en posición centrada entre los dos ejes, y rebajan el centro de gravedad 9 cm. Otra curiosidad es su sistema de refrigeración, que las mantiene en unos valores muy cercanos a su temperatura óptima de funcionamiento. Este sistema de refrigeración inteligente trabaja asociado con el navegador cuando se programa una ruta y ajusta la temperatura de la batería a la más favorable posible cuando se acerca un punto de carga para ayudar en el proceso de recarga y que este sea más rápido.
Renault propone diferentes alternativas de recarga de la batería. Por lo tanto, se puede recargar desde en un enchufe doméstico de 2,3 kW hasta en un poste de carga rápida en los que el sistema del coche admite una potencia de 130 kW. Los tiempos de recarga oscilan entre las 8 horas en un conector de 7,4 kW, hasta los entorno a 30 minutos que se necesitan para recuperar 300 km de autonomía a una potencia de 130 kW.