El Opel Vivaro forma parte de la potente ofensiva de vehículos comerciales que está acometiendo Stellantis de la mano de su nueva división Pro One. Esta furgoneta de tamaño medio ha sido actualizada por completo y ahora llega cargada con un buen número de soluciones prácticas que favorecen el uso diario a su conductor, así como con un amplio ramillete de posibilidades de elección en lo que a sistemas de propulsión se refiere. Y es que puede estar impulsada por motores diésel, eléctrico de cero emisiones y completa su oferta con las versiones de pila de combustible de hidrógeno.
Estéticamente, el nuevo modelo presenta una cara más atractiva incorporando, como los turismos de la marca, el denominado Opel Vizor, que se extiende hasta los faros, estos con tecnología LED opcional. La gama Vivaro se articula en torno a dos longitudes de carrocería: M de 4,98 metros y L con 5,33 metros y se podrá elegir como furgoneta, cabina doble y cabina chasis con multitud de posibilidades de transformación. El volumen de carga puede llegar hasta 6,6 metros y la carga útil hasta 1,4 toneladas, registro que se reduce a 1,25 toneladas en las variantes cero emisiones.
Renovado y más equipado
El interior está totalmente renovado y ofrece una mejor experiencia a bordo y de conducción. Además, da un salto muy importante en lo que se refiere al sistema multimedia y de conectividad, ahora con una pantalla de 10 pulgadas, compatible con Apple CarPlay y Android Auto y dotado con la plataforma Snapdragon Cockpit de Qualcomm Technologies2 que mejora notablemente su capacidad inalámbrica.
Este nuevo Vivaro también se ve enriquecido con hasta 18 sistemas de asistencia al conductor (ADAS), todos ellos de última generación y que contribuyen a que la conducción diaria de este comercial sea más sencilla y menos estresante. Entre sus muchas ayudas electrónicas destaca el Dynamic Surround Vision, que integra dos cámaras, una situada encima de las puertas traseras y otra debajo del retrovisor exterior del lado del pasajero, cuyas imágenes se muestran en un espejo retrovisor interior digital con una pantalla de alta definición, un sistema que ayuda, y mucho, a mejorar la visibilidad en un vehículo de este tipo. Algo que hemos podido constatar en un recorrido de pruebas.
A ello suma el asistente de frenada de emergencia, el control de crucero inteligente con función sotp & go, el asistente de mantenimiento de carril, la alerta de cansancio y el control de estabilidad de remolque, entre otros muchos.
También de pila de combustible
En el capítulo de motorizaciones, Opel propone a sus clientes versiones diésel con potencias de 120, 145 y 180 CV, esta última con una nueva transmisión automática de 8 velocidades, que también está disponible como opción en la variante de 145 CV. Se trata de motores actualizados para conseguir unos consumos más contenidos y en consecuencia unas menores emisiones contaminantes.
Una de las principales prioridades de Stellantis en este tipo de vehículos comerciales es la electrificación, por lo tanto no pueden faltar versiones cero emisiones en la gama de este renovado Vivaro, que va a seguir estando impulsado por un electromotor de 136 CV (100 kW), si bien ahora puede estar asociado a dos tipos de batería, una de 50 kWh de capacidad y con una autonomía de 224 km y otra de 75 kWh y con un rango de uso que sube hasta los 350 km, 20 km más que su antecesor.
Estas baterías admiten recargas en corriente alterna hasta un máximo de 11 kW y en corriente continua hasta 100 kW, conexión con la que se puede recargar del 0% al 80% en 38 minutos en el caso de la batería menos capaz y en 45 minutos en la más grande. Baterías que integran el sistema e-PTO que permite utilizarlas para alimentar a diferentes dispositivos y herramientas externas, convirtiendo al Opel Vivaro en un auténtico taller con ruedas.
La firma alemana sorprende con las versiones HYDROGEN, dotadas con una pila de combustible perfeccionada que permite un rango de uso de 400 km (WLTP) con un tiempo de repostaje de apenas cinco minutos. Una forma de conducir un coche cero emisiones sin tener que perder mucho tiempo para recuperar autonomía y seguir utilizando el coche en nuestra actividad profesional. Por el momento, su principal hándicap es la reducida red de estaciones de recarga. En la actualidad hay unas 100 repartidas por toda Europa, aunque está previsto que crezca hasta llegar a las 2.500 estaciones en 2030.