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Mercedes Clase C: Más tamaño y etiqueta Eco para el coche de los 10 millones

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La Clase C es un modelo capital para Mercedes-Benz, ya que desde su lanzamiento en 1982 se han vendido 10,5 millones de unidades repartidas entre las cinco generaciones que ha comercializado. De ellas, 2,5 millones se lograron con la anterior edición estrenada en 2014 y que ha estado vigente hasta este mismo año, en su opción Sedán y Estate (SW), esta última elegida por dos de cada tres alemanes.

A pesar de que desde 2016 China es el mercado más potente para este coche, EEUU, Alemania y Gran Bretaña mantienen su importancia si el escrutinio se remonta a los últimos 10 años.

Más allá de las ventas mundiales de este automóvil que ya roza la cuarentena, solo por tecnología, comodidad y elegancia ya llamaría la atención de un público que busca un modelo premium con solera. De serie, el nuevo Clase C que ahora llega al mercado equipa asientos calefactados en la parte delantera, cámara trasera de marcha atrás, un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas y una pantalla de 11,9 acompañando al sistema de infoentretenimiento y conectividad MBUX. Este sistema procesa un 50% más rápido que el anterior, empleando la red 4G —también puede emplear 5G donde está disponible—, ofreciendo realidad aumentada y música online, por ejemplo.

A esa lista hay que sumar, entre otros refinamientos, el control de ángulo muerto, asistente activo de cambio de carril, climatización automática, sistema de recarga inalámbrico para el teléfono, paquete de iluminación interior y escáner de huella digital (también tiene reconocimiento de voz o pin), que permite guardar los perfiles de cada conductor, lo que incluye, por ejemplo, la posición del asiento y de los espejos. Algo muy útil, porque Daimler da la opción de compartir el coche con varios usuarios elegidos por el comprador.

Otra novedad es el sistema Digital Light que se ofrece como opción, que suma 2,6 millones de píxeles entre los dos faros y que permite, por ejemplo, proyectar líneas en la calzada con un alcance de 600 metros, cuando no estén pintadas, lo que mejora la seguridad, por ejemplo, en los puertos de montaña, donde hay que intuir dónde acaba el carril.

Diésel y gasolina con hibridación ligera

Las motorizaciones con las que ya se vende son gasolina 180 CV, 200 (para el Estate solo hay esta opción con este combustible, mientras que si se elige gasóleo se puede comprar cualquiera de las dos opciones) y 300, así como diésel 220 y 300, aunque próximamente llegarán más opciones, como la AMG. En todos los casos, equipa el cambio automático 9GTronic y el precio de partida es de 45.400 euros para la opción menos potente gasolina.

Como es habitual, los avances nunca faltan en los modelos de Mercedes. En este caso, todas la motorizaciones del Clase C incorporan una hibridación suave gracias a un alternador y un arrancador integrados en el volante de inercia, lo que le otorga 20 CV extra de potencia. No es baladí, puesto que la gama completa recibe la etiqueta Eco de la DGT, lo que permite una reducción del coste del parquímetro y acceder a zonas de bajas emisiones, entre otros beneficios. No obstante, habrá que ver si Tráfico mantiene esas baremos porque, en principio, tiene intención de restringir el distintivo Eco a los híbridos puros.

Además, con el cambio normativo que entrará en vigor próximamente, solo habría que abonar el impuesto de matriculación en el caso del 300 CV de gasolina en la berlina y en el de 200 CV gasolina en el SW.

Híbrido enchufable, en septiembre

Además de las opciones ya reseñadas, a partir de septiembre llega la opción híbrida enchufable, que tendrá una batería de 25,4 kWh —para que el lector se haga una idea, los primeros coches eléctricos, por ejemplo el Nissan Leaf original, tenían un acumulador de 24 kWh— que le otorga una autonomía de 100 kilómetros en modo cero emisiones, en el que se puede circular a un máximo de 140 km/h. Anteriormente era de 15,9 kWh.

Con una recarga doméstica rápida de 7,4 kW, para lo que hace falta un wallbox especial, se consigue recargar en tres horas y media. De serie permite hacerlo a 11 kW, por lo que en el mejor de los casos tardaría dos horas y media. Como opcional podría admitir 55 kW, reduciendo el tiempo a 30 minutos. No obstante, tampoco tiene mucho sentido, porque se encarece la recarga y teniendo en cuenta que puede funcionar con el motor térmico, sería más lógico circular hasta el domicilio y aprovechar el menor precio de la energía a baja intensidad.

Una de las cuestiones que mejoran el confort del Clase C es el eje trasero direccional (no viene de serie), que funciona en sentido contrario a las ruedas delanteras a menos de 60 km/h, lo que le hace más ágil en ciudad y permite reducir el diámetro de giro en 40 cm, situándose en 11 metros, sobresaliente para un coche de 4,75 metros (miden lo mismo la opción berlina y la station wagon). Cuando se supera esta velocidad, las ruedas traseras siguen el sentido de la parte delantera del coche, lo que eleva la estabilidad en marcha.

Respecto a las medidas, cabe reseñar que es 6,5 centímetros más largo que el anterior sedán y 4,9 más que el Estate, y que a pesar de que el coche es 0,9 centímetros más bajo no resulta incómodo tanto en la entrada como en la salida del habitáculo (el probador mide 1,87 m), aunque claro está no es un SUV.

Respecto al interior, hay más altura hasta el techo en la parte trasera (+1,3 cm), mayor espacio para las piernas en esta zona (+2,1 cm) y el volumen del maletero se mantiene en 455 litros para el sedán y 490 para el SW, en este caso 30 litros más que su predecesor. No en vano, de media también es 1.000 euros más caro, pero porque cuenta con un equipamiento de serie más completo.

Entre las opciones de personalización del coche, además de poder escoger entre la versión sedán o Estate, también es posible hacerlo entre las opciones AMG Line (normal, Premium y Premium Plus) y Avantgarde (convencional y Premium), siendo la primera, con unos tintes más deportivos, la preferida por el 60% de los clientes.

Impresiones de conducción

En nuestro caso, hemos probado —aproximadamente 45 minutos— la versión de 200 CV gasolina que, en general, tiene un rendimiento sobrio, si bien nos pareció que la caja de cambios automática da la impresión de que en ocasiones reacciona algo tarde. Esto hace que el motor se revolucione en exceso, lo que le resta confort, pero también permite que las incorporaciones y los adelantamientos sean rápidos y las sensaciones más deportivas.

De esta forma, Mercedes llega al ecuador de un ejercicio en el que se van a presentar un total de siete modelos, incluyendo el restyling del CLS y el AMG GT de cuatro puertas, el EQA, EQS, SL y EQB, además del mencionado Clase C, en sus opciones sedan y Estate (SW). Un modelo capital para la industria de la automoción mundial porque es de los pocos que han entrado en el selecto club de los 10 millones de ventas.

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