Representantes de los sindicatos CC.OO y UGT volvieron a convocar nuevamente ayer, 7 de junio, una concentración frente a la sede del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en Madrid para exigir la inmediata puesta en marcha de medidas tendentes a garantizar la jubilación anticipada de los conductores profesionales del sector del transporte por carretera.
Ambos sindicatos han declarado el 7 de junio como el día de la «lucha por la jubilación anticipada de conductores y conductoras profesionales». Así al menos lo parece dado que este es el segundo año consecutivo que reúne concentraciones por el mismo motivo y en la misma fecha, aunque han variado el Ministerio hacia el que dirigían su reclamación, dado que en 2022 las reivindicaciones se manifestaron frente a la sede del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, también en Madrid.
Según los sindicatos, los transportistas deberían tener derecho a poder jubilarse de manera anticipada al resto de trabajadores dado que realizan un trabajo que les obliga a pasar «un gran número de horas en el puesto de conducción, trabajando a turnos, descansando en cabina en el caso del transporte de mercancías, manipulando cargas y con altas cargas de nocturnidad en el desempeño de su labor».
Esfuerzos que pagan durante su vida laboral «sufriendo altas cargas de fatiga, trastornos del sueño, problemas cardiovasculares y respiratorios, estrés, riesgos por exposición a materiales contaminantes y a temperaturas extremas, riesgos ergonómicos y trastornos osteoarticulares, posturas forzadas, trastornos musculoesqueléticos, exposición a ruido y vibraciones, aislamiento social, riesgos psicosociales y la imposibilidad de una adecuada capacidad de conciliar su vida laboral con la familiar».
Para los sindicatos, estas situaciones son las responsables de que en 2021 el sector ocupara el segundo puesto en el índice de accidentes de trabajo mortales, tan sólo por detrás de las industrias extractivas (minería, perforación, etc).
Entre las razones que los sindicatos aluden para su reclamación también figuran los riesgos que la edad genera en la labor diaria, que en el caso de los conductores profesionales constituye un factor determinante a tener muy en cuenta al evaluar la pérdida o disminución de las capacidades motoras (problemas de movilidad), sensoriales (vista, oído) y cognitivas (percepción y compresión de la señalización), que tan necesarias resultan para conducir un vehículo. Para los sindicatos, una persona de avanzada edad al volante «supone un riesgo para la seguridad vial propia y de terceros».
Por todas estas razones, los representantes de los trabajadores exigen una nueva cobertura legal mediante la aplicación de coeficientes reductores que permitan anticipar la edad de jubilación a los conductores profesionales, similar a la que ya se aplica en otras profesiones (trabajadores del mar, personal ferroviario, policía local, personal de vuelo, etc). Sería lo lógico si tenemos en cuenta que, desde 2009, el transporte de personas y de mercancías por carretera está considerado entre los sectores de actividad prioritarios debido a su elevada siniestralidad y a la fuerte exposición que sus trabajadores tienen durante su jornada laboral a factores de penosidad, peligrosidad y toxicidad, entre otros muchos.