La dilación en los plazos de matriculación es un escollo «bastante insostenible para un negocio como el del coche de ocasión que requiere rotación», ha afirmado Rafael Izquierdo, director de Ventas de BCA España, en alusión a esos 60 días de media que tarda un vehículo de importación en ponerse a la venta en nuestro país.
Durante su intervención en el VI Observatorio del Vehículo de Ocasión de Faconauto para presentar el estudio ‘Importación de vehículos: cifras, tendencias (y trabas)’, Izquierdo lamentó que en España se necesiten hasta 30 días para obtener la matrícula nacional y el permiso de circulación de un coche comprado en otro país, el peor dato junto a Italia y en el polo opuesto de otros grandes mercados como Francia y Alemania, en los que esta documentación se otorga online de modo inmediato. «Por eso el negocio de importación/exportación es tan fluido en Centroeuropa, mientras que en España tenemos que sobrellevar esta barrera”, comenta el directivo.
A ese plazo de un mes hay que sumar, en distintas etapas previas, los 15 días que tarda en llegar el vehículo importado ya que la logística no es fácil en un país con la ubicación geográfica de España; los nueve que se requieren para pasar la inspección técnica, obtener la ficha técnica y liquidar los impuestos de matriculación y municipales, y los seis de espera para la recepción de la documentación original del vehículo. En total, 60 días; 45 tras la recepción del vehículo, plazo que en Francia y Alemania se reduce exclusivamente a los apenas cuatro y seis días que se tarda, respectivamente, en recibir la documentación original.
Importación en España y comparativa con otros países europeos:
Más caros (y viejos) por el impuesto de matriculación
Al margen de los plazos, la carga del impuesto de matriculación en nuestro país, en opinión de Izquierdo, está aumentando la edad media de importación al encarecer el precio de estos coches, lo que provoca que el cliente busque unidades más antiguas que, a la postre, son las más económicas. Algo que, evidentemente, está perjudicando el rejuvenecimiento del envejecido parque español: «Mientras que los seminuevos españoles de calidad procedentes del rent a car se están yendo a Europa porque aquí se paga el impuesto de matriculación, nosotros estamos importando coches cada vez más viejos», argumenta el ejecutivo.
Según los datos de BCA, el cliente particular está comprando fuera coches con una media de 7,8 años, mientras que los profesionales buscan opciones más jóvenes, de 4,5 años. Y en su mayoría de propulsión diésel, con un 67,8% de las adquisiciones frente al 63,6% que suponen en el mercado nacional de usados.
Las opciones más buscadas son las marcas alemanas. La que más Volkswagen, que concentra el 17,1% de las importaciones españolas desde el año 2020, y tras ella sus tres compatriotas premium: Mercedes-Benz, con un 15,5%; BMW, un 12,5%, y Audi, que se hace con un 12,1%.
En quinto lugar aparece la primera enseña propiamente generalista y francesa, Renault, con una cuota del 5%, si bien desde la compañía de remarketing de vehículos se destaca la ganancia de notoriedad de las firmas galas, sumando entre la del rombo, Peugeot y Citroën una penetración del 16,8% este año, seis puntos y medio más que la de 2020.
Y como gran objeto de deseo el VW Golf, que aglutina nada menos que el 8% de las importaciones.
Costes contenidos
Para las empresas y profesionales del VO, esta burocracia, papeleo y tiempos de espera es un hándicap mucho mayor que el propio coste de la operación. Así, con la referencia de 10.000 euros como precio neto del vehículo adquirido, su compra se encarece entre un 12% y un 27% en función del tramo del impuesto de matriculación que aplique. Para los coches de mayores emisiones puede ser el mayor gasto, pero por lo general remitirá al transporte, valorado en 850 euros, bastante por encima de los 313 euros que cuesta la matriculación, placas, tasas, etc.
La importación de un coche es un fenómeno más propio de los clientes particulares, que asumen el 69% de estas operaciones. Así pues, solo un 31% está en manos de profesionales, si bien estos han triplicado estas adquisiciones en los últimos tres años. La falta de vehículos ha disparado el peso de este canal en el mercado español, que con un total de 82.484 coches -un tercio de las matriculaciones de VN de personas físicas- ha experimentado un alza interanual del 31% hasta septiembre, con la perspectiva de moderar su crecimiento en el último trimestre para acabar el ejercicio en el entorno de las 114.000 unidades.