“Planificación más segura pero igualmente desafiante en cuanto a tecnología e inversión”, ACEA se muestra satisfecha con respecto a la evolución de los acuerdos sobre la Euro7. Según la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles, la posición del Consejo sobre la nueva normativa “aporta un nuevo paso en la dirección correcta, pese a que la presión que establece sobre los costes de producción sigue siendo alta”.
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha tomado nota del acuerdo alcanzado hoy en el diálogo tripartito que se ha celebrado en Bruselas con respecto a la normativa Euro7 y que marca un nuevo hito importante en cuanto al récord mundial que Europa está estableciendo en los estándares de emisiones para automóviles, furgonetas, camiones y autobuses. Mediciones que, si bien añaden mayores exigencias y generan nuevas tensiones sobre los costes de producción de los vehículos, también “proporcionan mayor certeza de cara a la planificación en el futuro”.
Según ha manifestado la directora general de ACEA, Sigrid de Vries tras conocer el acuerdo alcanzado, “aunque sólo entenderemos todos los detalles una vez que podamos evaluar todo el documento, observamos que los negociadores interinstitucionales han optado principalmente por priorizar los desafíos orientados al futuro, como las emisiones de los frenos de los vehículos ligeros y los requisitos de las baterías de los vehículos eléctricos”.
Para De Vries, “también se han endurecido significativamente los límites de emisiones de escape y los procedimientos de prueba para los vehículos pesados.
La nueva norma permite «planificar de forma segura»
Desde ACEA acogen “con satisfacción la seguridad en la planificación” que aportan las nuevas normativas. Una mayor seguridad que va a permitir “garantizar plazos de entrega suficientes” dado que ahora “contamos con el apoyo de la Comisión Europea para elaborar una legislación secundaria sólida lo más rápido posible”.
Igualmente, señalan la importancia que tiene el que “muchas de las nuevas disposiciones plantean importantes desafíos técnicos y de inversión en un momento crucial de la transformación de la movilidad sin emisiones”, ha comentado De Vries, quien también añadió tras conocer el contenido del documento del acuerdo alcanzado que “como los elementos clave aún están por decidirse a través de la legislación secundaria, continuaremos trabajando para garantizar una normativa Euro7 realista, dentro de las limitaciones impuestas por la legislación primaria”.
Las normas Euro han reducido emisiones más del 90%
En todo caso, desde ACEA su directora general indica que no se deben “subestimar los enormes avances realizados por los fabricantes de vehículos europeos en la reducción de las emisiones contaminantes del transporte por carretera”. Reducciones que son de notable importancia ya que, desde la primera norma Euro y la primera versión de la Euro6 aún vigente, las emisiones se redujeron en más del 90 % de una a otra.
Igualmente Sigrid De Vries recordó que conviene tener en cuenta que las mayores mejoras en cuanto a la calidad del aire se refiere se lograrán mediante la sustitución en el parque automovilístico de la Unión Europea de los vehículos más antiguos que circulan por las carreteras de la UE así como mediante la mejora de las condiciones que faciliten una rápida electrificación de la movilidad”.
La última normativa para vehículos de combustión
La nueva normativa Euro7 de homologación para vehículos diesel y gasolina marcará los límites máximos de emisiones contaminantes para estos vehículos desde 2025 hasta que en 2035 entre en vigor la normativa mediante la cual en la Unión Europea únicamente se podrán vender automóviles y furgonetas cero emisiones. Límites que afectarán tanto a los turismos como a furgonetas, camiones y autobuses y que cuentan con numerosas especificaciones adicionales para cada tipo de vehículo.
Así, el nuevo reglamento respeta la senda marcada de reducción de emisiones CO2 (55% para coches y 50 % para furgonetas en 2030, en comparación con los valores de 2021), limita aún más las emisiones de partículas finas y, como gran novedad, regula por primera vez los contaminantes que puedan desprenderse del uso de frenos y ruedas los cuales según distintas fuentes “pronto generarán mayores volúmenes de emisiones que los que producirán los motores”.
La normativa Euro 7 será el último estándar que establecerá la Unión Europea para motores y se aplicará durante los últimos diez años de vida de los motores de combustión, pese a que la Comisión Europea estima que, para 2050, el 20 % del parque móvil europeo aún rodará impulsado por motores térmicos. En todo caso, se continuará entonces revisando los nuevos estándares que se establecen ahora para frenos y neumáticos.
Ruedas y frenos, los eléctricos también contaminan
“Los vehículos eléctricos son de media un 40% más pesados que los de combustión y los contaminantes que desprenden sus frenos y ruedas “es un asunto absolutamente esencial y que va a perdurar más allá de 2023”, recordó en su momento el comisario de Industria de la UE, Thirry Bretón, al hablar de estas nuevas normativas, lo que parece indicar que las mismas también terminarán por afectar en su momento a la homologación de nuevos vehículos eléctricos.
Frente a los límites de 60 mg/km para los óxidos de Nitrógeno en los gasolina y los 80 mg/km en los diesel que estableció en su momento la Euro 6, la nueva normativa Euro 7 fija un máximo de 60 mg/km, independientemente de la tecnología utilizada para impulsar el vehículo. La Comisión Europea espera que los nuevos estándares marcados permitan reducir para 2035 las emisiones en un 35 % en el caso de coches y furgonetas y en un 56% para autobuses y camiones.
La nueva normativa busca alcanzar un equilibrio que permita mejorar la calidad del aire y contribuir a reducir la contaminación atmosférica en ciudades derivada del uso del transporte rodado, que provoca unas 70.000 muertes prematuras al año en la UE, frente a los 22.900 decesos que se producen por accidentes de tráfico. Un equilibrio que, igualmente, permita operar a la industria automotriz europea, que representa algo más del 7% del PIB de la Unión y que aporta más de 13 millones de empleos.