La asociación ecologista Transport & Environment vuelve a poner sobre la mesa que las empresas europeas (y españolas) se están quedando por detrás de los particulares en cuanto a la adopción de vehículos puramente eléctricos (BEV) se refiere. De su último estudio, basado en datos de Dataforce correspondientes al año 2023, destaca que de las nuevas matriculaciones registradas por el canal corporativo solo un 14,1% se corresponden con modelos de cero emisiones, mientras que entre los particulares este porcentaje asciende al 15,6%. Una diferencia, pues, de un punto y medio que deja como conclusión positiva que la brecha se va reduciendo, pues en 2022 la diferencia entre ambos canales era de 3,7 puntos (10,8% y 14,5%, respectivamente).
España se mantiene dentro de esta tendencia, con una cuota de BEV en el canal empresa del 5,1%, ligeramente por debajo del 5,9% que consiguen los clientes particulares. Depende de a qué lado se mire de nuestras fronteras, este lag se puede valorar de maneras diferentes. Por ejemplo, parece irrisorio si atravesamos los Pirineos y nos comparamos con Francia, donde la distancia entre ambos canales es de 10,2 puntos porcentuales. Pero si llevamos la mirada hacia el oeste, vemos cómo en Portugal sus corporaciones se inclinan por los eléctricos puros para el 18,4% de sus nuevas adquisiciones, frente al 13,8% de los particulares.
Portugal puede ser considerada como la gran excepción europea dado que en el 73% de los mercados de la UE las empresas van por detrás de los particulares en su electrificación. De hecho, los dos grandes mercados continentales, Alemania y Francia, que aglutinan el 54% de las ventas de BEV, son, precisamente, los que presentan una brecha más grande entre canales (9,3 puntos en el mercado germano). No obstante, sus números no son equiparables a los de las empresas españolas, con tasas de penetración del eléctrico en sus matriculaciones corporativas del 16,3% en Alemania y del 12% en Francia.
Las empresas matriculan más que los particulares
Este reiterado interés por parte de Transport & Environment en descarbonizar las flotas de empresa responde al creciente peso adquirido por estas en el conjunto de los mercados europeos. Según los datos que aportan de Dataforce, seis de cada diez nuevas matriculaciones en la UE llevan el sello corporativo, por lo que influyen en mayor medida que los particulares a la hora de definir el flujo de vehículos nuevos y la renovación del parque. «Descarbonizar este segmento es fundamental para cumplir con los objetivos contenidos en el Pacto Verde Europeo de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030 y situar a Europa en la senda de la neutralidad climática para 2050», afirma la organización en un comunicado.
En España, concretamente, el peso del canal empresa en el conjunto del mercado se reduce hasta el 56%. No obstante, estos vehículos son los responsables del 72% de las emisiones de CO2 a la atmósfera del total de los nuevos vehículos matriculados, circunstancia que responde al mayor kilometraje anual, hasta el doble de kilómetros, que hacen estos vehículos en comparación con los que están en manos privadas. Esta es otra de las razones por las que T&E apunta a las flotas corporativas.
Pero hay otro claro indicador, añaden, de la creciente importancia del canal empresa. Se trataría de las ventas del sector del renting, que están experimentando un crecimiento constante en Europa, llegando a representar ya más del 50% de las compras de vehículos nuevos. De hecho, se prevé que su peso alcance casi el 70% en el año 2030.
Óscar Pulido, responsable del programa de electrificación de flotas de la organización en España, destaca que «el canal empresa es una de las vías más ágiles para dar un empuje a las matriculaciones de vehículos eléctricos. Su electrificación debería ser una de las prioridades a la hora de plantear la hoja de ruta para la descarbonización del transporte por carretera. Entre las razones para ello está el peso de este segmento dentro de las nuevas matriculaciones, pero también porque las empresas compran los vehículos basándose en el TCO, y disponen de herramientas fiscales únicamente aplicables a ellas. Esto supondría a medio plazo una oferta más amplia de vehículos eléctricos en el mercado de segunda mano”.