De no seguirse las recomendaciones y normas de la Dirección General de Tráfico, la nueva movilidad urbana podría causar 5.500 muertos en las ciudades españolas entre 2021 y 2030, lo que supondría el 18% más que en la década anterior; es decir, 831 víctimas más según el estudio «Nueva Movilidad Urbana y Seguridad Vial. Accidentalidad en la nueva cultura del desplazamiento», presentado por la Fundación Línea Directa en colaboración con la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial), que analiza la posible influencia de los cambios en la movilidad en las cifras de accidentalidad, mortalidad y lesividad de nuestro país.
El citado informe concluye, además, que de mantenerse la tendencia actual, la accidentalidad urbana podría superar al final de la presente década los 700.000 siniestros, un 24% más, y el número de lesionados se incrementaría el 22%, hasta las 850.000 víctimas.
La búsqueda de maneras más sostenibles y racionales de desplazarse (sharing, bicicletas y patinetes eléctricos, etc), unida a otros factores socioeconómicos han transformado la movilidad en España en los últimos años, tal y como reconoce el 72% de los ciudadanos, que declara haber cambiado su forma de desplazarse.
Por su mayor sostenibilidad y eficiencia, la nueva movilidad, en principio, es buena para la ciudad, aunque el incremento de la accidentalidad podría derivar en un grave problema. Esta aumentó el 42% entre 2011 y 2019, dejando casi 4.700 muertos, y eso dejando fuera de la estadística el pandémico 2020. Muy llamativo es el caso de los usuarios vulnerables (peatones, ciclistas, motoristas y usuarios de VMP), que ya suponen el 80% de las víctimas mortales en ciudad (2020), y muy especialmente el de los ciclistas y usuarios de VMP (Vehículo de Movilidad Personal), dos colectivos que registraron casi 7.000 víctimas en 2021 y aportaron el 10% del total de usuarios vulnerables fallecidos en vía urbana.
Comenta Mar Garre, directora general de la Fundación Línea Directa, que las nuevas formas de movilidad urbana son ya una realidad en nuestras ciudades, gracias a su sencillez y sostenibilidad, y advierte que «si no tomamos conciencia de los riesgos las previsiones son preocupantes, sobre todo, teniendo en cuenta la evolución de la accidentalidad urbana». Por eso, afirma, es fundamental obedecer las normas y recomendaciones de la DGT, con el objetivo de asegurar entre todos una movilidad segura, sostenible e inclusiva en las ciudades.
La opinión del ciudadano
Fundación Línea Directa ha realizado una encuesta entre 1.700 personas de toda España para conocer qué opinan los ciudadanos de la nueva movilidad urbana y de los cambios en la normativa. Extrapolando los datos, deduce que el 44% de los españoles (17 millones) reconoce ser usuario habitual u ocasional de un VMP o de una bicicleta eléctrica, mientras que el 60% ve probable usarlos a corto plazo, debido al incremento del precio del combustible y las restricciones urbanas a los coches.
Asimismo, el 69% de los encuestados estima que los coches eléctricos son económicamente inalcanzables y las nuevas normas no acaban de gustar a una parte de los usuarios de los patinetes eléctricos. Así, el 38% afirma que dejará de usar su VMP por la exigencia del casco y el 24% por la prohibición de circular por las aceras. Además, otro 50% no cogería más su vehículo si les exigieran matricularlo o registrarlo.
Por lo que respecta al cumplimiento de las normas y recomendaciones de la DGT, las cifras son alarmantes. El 50% de los usuarios de VMP reconoce que circula sin casco, el 73% que lo hace en alguna ocasión por la acera y el 45% que ha sobrepasado los límites de velocidad establecidos (25 km/h). Por todo ello, no extraña que los usuarios de patinetes eléctricos sean los conductores con peor imagen: solo el 14% de los encuestados creen que cumplen habitualmente las normas.
Por otra parte, casi el 9% de los encuestados reconoce haber tenido un accidente o caída cuando conducían un patinete eléctrico u otro Vehículo de Movilidad Personal, situación que, proporcionalmente, sufren en mayor medida en la Comunidad de Madrid, Extremadura y Castilla y León. Por el contrario, los habitantes de Asturias, Aragón y Canarias son los que menos incidentes registraron.