Impactada fuertemente por los efectos del coronavirus, la flota global en alquiler que gestionan las empresas dedicadas a la movilidad urbana compartida no ha experimentado un incremento acorde a la expansión observada anteriormente de estos servicios alternativos al transporte tradicional. Así, de los 60.700 vehículos utilizados para estos fines contabilizados en febrero de 2020, se ha pasado a 64.500 al término del pasado mes de marzo, lo que implica un crecimiento del 6,2% y solo 3.800 unidades netas más en un periodo de 23 meses, según datos del Observatorio Sectorial DBK de Informa (filial de Cesce).
Asegura esta informe que «la pandemia de la Covid-19 ha frenado en los dos últimos años la fuerte tendencia de crecimiento que venía mostrando la actividad de servicios de movilidad urbana, reflejo de la evolución de los hábitos de desplazamiento de la población».
Mandan las bicicletas
Sin duda, las bicicletas son las grandes protagonistas de estos servicios de movilidad compartida en las ciudades, o al menos las de mayor presencia en número de unidades. Hasta 35.239, lo que supone un 54,6% de la flota total y en su mayoría, un 69%, pertenecientes a los sistemas públicos de alquiler municipales. Tras ellas las motocicletas, con 15.805 unidades, los patinetes, 8.806, y finalmente los automóviles, en un número de 4.650 que le otorgan un peso del 7,2% en esta flota.
El 70% de estos coches de movilidad compartida se localizan en la Comunidad de Madrid, mientras que Cataluña concentra la mayor porción tanto de la flota de motocicletas, con un 40% del total nacional a marzo de 2022, como la de bicicletas, hasta un 30%. Los patinetes miran más al sur y es Andalucía la que más acapara en este segmento, un 30%.
Al término del mes de marzo operaban en nuestro país unas cien enseñas de movilidad urbana compartida, y prácticamente la mitad (49) estaban dedicadas al negocio del alquiler de bicicletas. Destacan las 22 que gestionan la flota más reducida, la de coches, por encima de las 16 vinculadas a las motocicletas y las 14 a los patinetes, si bien alguna de ellas explota más de una de estas modalidades.
Superado el impacto de la crisis sanitaria y tras generar una facturación estimada de alrededor de 125 millones de euros durante el pasado año, se contempla un futuro esperanzador para este sector, con una progresiva aceleración del despliegue de sus servicios con nuevas adjudicaciones en los principales ayuntamientos del país. Las estrategias de crecimiento de los principales operadores a corto y medio plazo, apunta el estudio, «girarán en torno a la flexibilización de los periodos de alquiler y la creciente diversificación de los modos de transporte».