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lunes, septiembre 16, 2024

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La energía no renovable en la recarga elimina casi por completo el beneficio medioambiental de los eléctricos, según Volvo

Dicha afirmación se deduce del nuevo informe de Evaluación del Ciclo de Vida (LCA) del Volvo C40 Recharge, que señala que la disponibilidad de energía limpia tanto para la fabricación como para la carga de un coche eléctrico marca una gran diferencia en términos de impacto de CO2.

Según dicho informe, cuando un conductor carga un C40 Recharge con energía limpia, como la energía eólica, el impacto del ciclo de vida del CO2 del automóvil es menos de la mitad que el de un Volvo XC40 tradicional con motor de combustión. Cuando se carga con electricidad generada a través de combustibles fósiles, esa diferencia se vuelve mucho menor.

Concretamente, cuando el C40 Recharge se recarga con electricidad generada a partir de fuentes limpias, su huella de CO2 en el ciclo de vida se reduce a aproximadamente 27 toneladas de CO2, en comparación con las 59 toneladas del SUV compacto XC40 impulsado por un motor térmico. Sin embargo, cuando se utiliza en la recarga energía generada al 60% por combustibles fósiles, el tonelaje de CO2 del ciclo de vida del automóvil puede aumentar hasta 50 toneladas, lo que reduce significativamente las ganancias ambientales en comparación con un coche de motor tradicional.

Hasta un 70% mayores

La energía limpia también es un factor importante para reducir la huella de carbono en la producción del automóvil eléctrico. El LCA revela que las emisiones de producción de un C40 Recharge son un 70% más altas que las de un XC40 de gasolina debido, principalmente, a la intensidad de carbono de la producción de baterías y acero, así como al aumento de la participación de aluminio en el automóvil.

En este sentido, la marca sueca está tomando medidas para abordar estas emisiones, incluso a través de colaboraciones planificadas con SSAB para desarrollar acero libre de fósiles, y con sus proveedores de baterías, para producirlas utilizando energía 100% renovable. Volvo quiere rebajar la huella de carbono del ciclo de vida por automóvil promedio en un 40% entre 2018 y 2025, para lo que reducirá sus emisiones de carbono en la cadena de suministro el 25% en 2025. El objetivo apunta a una fabricación climáticamente neutra para ese mismo año. Actualmente, todas las plantas europeas de Volvo funcionan con electricidad 100% limpia, mientras que su planta de Torslanda, en Suecia, es climáticamente neutra. Igualmente, sus plantas de Chengdu y Daqing, en China, funcionan con energía climáticamente neutra.

Más inversiones

Por todo ello, y ante la Cumbre del Clima que se celebra estos días en Glasgow (Escocia), Volvo pide más inversiones en energía limpia para aprovechar el potencial climático completo de los automóviles eléctricos y asegura que se convertirá en una empresa climáticamente neutra para 2040, para lo que se transformará en un fabricante de automóviles totalmente eléctricos en 2030 y lanzará una nueva familia de automóviles eléctricos puros en los próximos años.

Sin embargo, reconoce Volvo, necesitará la ayuda de los gobiernos y del sector energético para que sus coches alcancen todo su potencial de reducción de carbono. Håkan Samuelsson, director ejecutivo de Volvo Cars, asegura que han tomado “una decisión estratégica consciente para convertirnos en un fabricante de automóviles totalmente eléctricos y un líder de la industria, pero no podemos hacer la transición a la neutralidad climática solos”. Y explica que necesitan que los gobiernos y las empresas de energía de todo el mundo aumenten sus inversiones en capacidad de energía limpia e infraestructura de carga relacionada “para que los automóviles totalmente eléctricos puedan cumplir realmente su promesa de una movilidad más limpia.

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