“El mercado de vehículos eléctricos está muy distorsionado por los planes de incentivos en todo el mundo”. La demanda “está artificialmente avivada y actualmente termina en el mercado de segunda mano”. Este frase de Ursula Wigl, socia de la consultora McKinsey, publicada en un artículo de Automotive News esta misma semana define la actual situación de los vehículos eléctricos en el mercado de ocasión norteamericano, una situación que se está enquistando y que puede llegar a extenderse a mercados mundiales del automóvil tanto nuevos como de ocasión.
Según Wigl, todos los fabricantes de vehículos están ya ofreciendo garantías de recompra a las empresas de alquiler para que estas sigan adquiriendo coches a batería nuevos pese a la caída de las ventas de los mismos. Una fórmula que si bien lo que provoca es un traslado de los riesgos hacia el futuro del mercado, los fabricantes se ven obligados a adoptar dado que su obligación continúa siendo la de encontrar compradores de coches usados en el mercado a precios decentes o, de lo contrario, se encuentran en serio riesgo de afrontar graves pérdidas de cara a un futuro que puede ser mucho más inmediato de lo que pensamos.
Operadores de renting, leasing, rent a car y fabricantes afectados
La situación de los vehículos eléctricos en el mercado se viene complicando día a día. Las caídas de los precios de venta de los nuevos modelos comienzan a afectar seriamente a los operadores de leasing y los rent a car, quienes ya están exigiendo a los fabricantes de vehículos eléctricos reembolsos por los elevados precios pagados en su día por los vehículos nuevos, según informa el diario norteamericano Automotive News.
Las empresas de leasing están exigiendo a los fabricantes de vehículos eléctricos nuevos acuerdos de recompra que reemplacen a los realizados previamente para protegerse así de la fuerte erosión que les está provocando en el mercado de segunda mano los elevados descuentos que los propios fabricantes están aplicando sobre los mismos modelos que se venden en el mercado del coche nuevo.
El diario norteamericano recuerda que los precios de los vehículos eléctricos en los mercados de ocasión cayeron en picado durante prácticamente todo el año pasado a raíz de que el debilitamiento de la demanda de los vehículos a batería nuevos forzara a marcas como Tesla a rebajar drásticamente sus precios —los redujo un 30%—, lo que forzó a muchas otras marcas a tener que adoptar similares medidas.
Aquellos movimientos repercutieron seriamente en empresas como Hertz, generándole importantes pérdidas en su cuenta de resultados y forzándola a variar prácticamente por completo su estrategia empresarial justo en medio de su plan de recuperación tras su quiebra previa. Hertz había apostado su estrategia de recuperación al alquiler de vehículos eléctricos y para ello adquirió elevados compromisos de compra con marcas como Tesla y Polestar, entre otras.
Hertz devolvió 20.000 coches a Tesla
Los fuertes descuentos aplicados han provocado un menoscabo de centenares de millones de dólares en los resultados de Hertz, que de entrada ya ha devuelto 20.000 coches a Tesla y esta cambiando nuevamente sus estrategias para la recuperación sin contar con los vehículos eléctricos como palanca impulsora para ello.
No sólo compañías del rent a car se han visto afectadas. Empresas de leasing y renting como ALD Automotive LeasePlan (Ayvens a partir del próximo mes de mayo) o Arval, más centradas en Europa que en el mercado americano, están sufriendo igualmente la repercusión de estas políticas de agresivos descuentos en los precios de los vehículos eléctricos, según comenta el artículo publicado en Automotive News.
Así, las empresas de leasing ya estarían exigiendo a los fabricantes de automóviles eléctricos concesiones y nuevos acuerdos de recompra para poder protegerse de una aún mayor erosión en el mercado de segunda mano —la auténtica base de su negocio, en la que mueven más de 1,2 billones de dólares— por la caída provocada en los precios de los coches eléctricos nuevos a raíz de los fuertes descuentos aplicados.
Los operadores exigen compensaciones… y se las están dando
De esta manera, ya se están produciendo compensaciones por parte de los fabricantes de automóviles a las compañías de leasing/renting por la fuerte caída del valor a futuro de los coches eléctricos usados . Y todo eso sucede mientras los recortes de precios que aplica Tesla arrasan un sector como el del automóvil nuevo, que debe inexorablemente vender un mayor número de unidades de vehículos eléctricos nuevos si es que no quiere enfrentarse a cuantiosas sanciones por parte de las autoridades en los respectivos mercados donde esta situación ya se está produciendo.
El artículo de Automotive News añade que en el caso concreto de ALD Automotive LeasePlan (la futura Ayvens), la mayor empresa multimarca del mercado, según habría comentado su consejero delegado, Tim Albertsen, ya se están recibiendo cheques durante estas últimas semanas firmados por las marcas para compensarles por las caídas de precios producidas.
“Hoy día, los fabricantes necesitan seguir vendiendo vehículos eléctricos”, declaró Albertsen durante la presentación de resultados de la compañía este pasado mes. “Necesitamos entonces —dijo— algún tipo de protección por parte de los fabricantes en cuanto a la estabilidad de sus precios futuros se refiere”.
Valor a futuro, la base del negocio
Y es que, por lo general, los contratos de leasing/renting se basan en el valor de uso estimado de un vehículo en el momento en que vence su contrato. Los pagos del mismo han sido diseñados para cubrir una depreciación lógica en función de los precios establecidos para el vehículo. Si este valor cae más de lo previsto, que es lo que ha ocurrido recientemente con los vehículos eléctricos, las empresas de leasing/renting directamente entran en importantes pérdidas en todas las operaciones realizadas con esos coches. Y estamos hablando de miles de dólares por cada unidad.
Son muchos los fabricantes de automóviles que cuentan igualmente con filiales dedicada a la comercialización de operaciones de leasing/renting. Volkswagen con su división de Financial Services, Stellantis con Leasys, Mercedes-Benz con Mobility… Todas ellas se encuentran igualmente en la misma situación, lo que supone una doble presión para los fabricantes, tanto interna como externa.
Entre las posibles soluciones que los operadores de leasing/renting están proponiendo a los fabricantes de automóviles para evitar las cuantiosas pérdidas económicas que se preveen están las de propiciar acuerdos en los contratos de recompra que permitan cubrir los riesgos de depreciación de los vehículos mediante nuevas operaciones de alquiler de aquellas unidades que se encuentren en buen estado en una segunda y puede que hasta tercera operación de leasing o renting. Al menos ese también fue uno de los comentarios efectuados la pasada semana por Tim Albertsen.
Un mercado de 13 millones de unidades en juego
Los coches corporativos cuentan con exenciones fiscales y subvenciones que convierten su uso en un importante atractivo para las empresas. Todo ello genera un mercado que, sólo durante el año pasado, posibilitó entregas por parte de los fabricantes en torno a los 13 millones de unidades. De ellas, aproximadamente el 16% fueron vehículos eléctricos.
Unos vehículos eléctricos que los fabricantes están obligados a vender dado que tienen forzosamente que cumplir con unos niveles de emisiones en sus flotas de producción cada vez más estrictos y por los cuales pagan cuantiosas multas caso de no poder cumplir con ellos. Límites que, por ejemplo, en la Unión Europea volverán a reducirse nuevamente el próximo año y que —según la información publicada por Automotive News— algunas marcas como Volkswagen estarían lejos de poder cumplir, según los análisis efectuados por los especialistas de la consultora JATO.
Sin precios estables y justos la electrificación está en juego
Por dar un dato, en el Reino Unido los vehículos de emisiones cero deberán representar el 22% de las ventas de ese año para cualquier marca, un porcentaje que debería aumentar hasta el 28% para el año siguiente. El problema radica en que, sin precios estables en el mercado de los vehículos usados, el objetivo europeo de eliminar progresivamente las ventas de coches nuevos con motores de combustión para 2035 parece menos probable de cumplir.
Según un estudio elaborado por el prestigioso Instituto Car, cuyas investigaciones se han centrado en el mercado alemán, para recuperar la caída del valor de las unidades que se comercializan en el mercado del VO, los precios de las operaciones de leasing con los VE han empezado a subir hasta superar a los precios de los vehículos con motores de combustión.
Desde Jefferies, otra consultora norteamericana consultada por Automotive News para la elaboración de su reportaje, su analista Phillippe Houchois indica que “no habrá transición al VE sin mercados estructurados y con liquidez en los que los VE mantengan su valor tanto de segunda como de tercera mano. Al final, la diferencia entre el precio nuevo de un coche y su valor como vehículo usado es siempre el coste real de un coche”, ha afirmado Houchois.
En todo caso, lo único que tenemos como cierto es que en las grandes empresas algunas ya han empezado a dar marcha atrás en sus planes de electrificación, Así por ejemplo, en SAP, multinacional alemana dedicada al diseño de productos informáticos de gestión empresarial, ya han anunciado a sus empleados que desde este mes se dejarán de ofrecer Teslas como vehículos de empresa dado que la fluctuación de sus precios complica en exceso la planificación y la gestión de riesgos en la empresa.
Esta medida se une a otras ya comentadas, como la de Hertz de devolver el pasado mes de enero 20.000 unidades de modelos eléctricos Tesla de su flota o la decisión que tomó Sixt en diciembre cuando anunció que dejaría de ofrecer vehículos de Tesla a sus clientes.
Se da el caso, incluso, que aseguradoras de valor residual como RVI Group, con sede en los EE.UU., ya han comentado cómo en los últimos meses se viene registrando un paulatino aumento de la demanda de su cobertura especializada por parte de distintos clientes, en su mayoría instituciones financieras, a fin de protegerse de la posible caída en los valores de los vehículos eléctricos.