Los resultados de Sixt correspondientes al segundo trimestre dejan como grandes titulares los máximos históricos alcanzados en este período en términos de facturación y resultado bruto. En cuanto a los ingresos, la compañía alemana de movilidad firmó un nuevo récord de 1.007 millones de euros entre abril y junio, lo que supone un incremento del 8,9% respecto al segundo cuarto del año pasado. Y por lo que respecta al EBITDA, su mejora en términos interanuales se eleva hasta el 13%, con un total de 384,2 millones de euros.
Pero estos deslumbrantes datos no pueden ocultar una realidad que está afectando también a otras empresas alquiladoras, como bien es sabido en el caso de Hertz, y que parece que se seguirá manteniendo durante un cierto tiempo: la depreciación de los valores residuales de sus flotas.
Por lo que concierne a Sixt, se cuantifica en más de 40 millones de euros la disminución de sus beneficios por la venta de vehículos en este segundo trimestre, lo que ha contribuido definitivamente a recortar su resultado neto a la mitad en este período, dejándolo en 48,3 millones de euros.
De hecho, entre abril y junio los gastos vinculados a la depreciación y amortización de la flota crecieron un 54,8% hasta los 282,1 millones de euros, superando incluso los 226,2 millones (+14,4%) correspondientes a la flota.
No obstante, afirma la compañía en un comunicado que ha seguido aprovechando «la significativa relajación de los mercados para intercambiar vehículos adquiridos en épocas de escasez por otros que ahora están disponibles en condiciones sustancialmente mejores».
En este sentido, apunta que en Europa prosiguió con la anunciada reducción de su flota de riesgo (vehículos cuya recomercialización asume la propia empresa) y en el pasado segundo trimestre la proporción de vehículos de riesgo recién incorporados a su flota fue inferior al 2%. Y por lo que respecta a Estados Unidos, los menores costes de adquisición también se estarían traduciendo en una reducción de los riesgos de valor residual.
Dentro de esa flota de riesgo estarían los vehículos puramente eléctricos, que el año pasado acumulaban menos de 10.000 unidades dentro de una flota cercana a los 170.000.
Beneficios aún más bajos en el semestre
Atendiendo al acumulado de los seis primeros meses del año, Sixt apenas puede anunciar un resultado neto de 25,2 millones de euros, un 78,8% por debajo del obtenido un año antes. En dicho período, sus ingresos repuntan un 10,4% hasta los 1.788 millones, mientras que su EBITDA se eleva un 11% para totalizar 602 millones de euros.
Entre enero y junio, la alquiladora alemana ha contado con una flota media de 174.800 vehículos, un 10,8% más que en los seis primeros meses de 2023.
A la vista de estos resultados, y de la incierta evolución de los valores residuales de sus coches usados, la compañía ha reducido ligeramente sus previsiones de beneficio para este año, a una horquilla de entre 340 y 390 millones de euros frente al rango de 350-450 millones estipulado anteriormente.