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viernes, diciembre 1, 2023

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Islas ZBE, un problema que conviene atajar antes de crearlo: el ejemplo de lo que puede suceder en Menorca

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La nueva ley de cambio climático no impide que localidades cercanas se sumen a las zonas de bajas emisiones impuestas en ciudades de mayor tamaño, lo que permite crear amplios territorios en los que «erradicar» los vehículos altamente contaminantes. Un caso llamativo es el que plantean algunas islas, como puede ser el caso de las de menor tamaño: Menorca, Formentera…

La nueva normativa obliga a las ciudades de más de 50.000 habitantes a instaurar zonas de bajas emisiones en parte de su territorio desde el pasado mes de enero y, muy próximamente, también lo hará con aquellas localidades que superen los 20.000 habitantes. Hasta el momento, son 149 localidades de los algo más de 8.000 municipios existentes en España los que tienen que adoptar tal decisión, pero en apenas un par de años serán muchas más.

Casos ciertamente sintomáticos pueden ser los de ciudades como Ceuta o Melilla o los de territorios insulares como los de Baleares y Canarias, que podrían ver llegar pronto el momento en el que la mayoría del tráfico rodado pudiera ser erradicado de sus calles.

Menorca, posible conversión en «isla ZBE»

Pero, ¿qué pasaría si, por ejemplo, una isla como Menorca se convirtiera toda ella en una gran zona ZBE? El portal de compraventa de vehículos Autoscout24 ha elaborado un estudio sobre el caso planteando lo que sucedería si se fomentara la conversión de vehículos de combustión a eléctricos mediante un plan de incentivos que abarcara también a los usados que se convirtieran a eléctricos y no sólo a los vehículos nuevos tal y como actualmente sucede.

En toda la isla de Menorca viven aproximadamente unas 100.000 personas de continuo que se desplazan en los 50.220 vehículos disponibles. De cada cinco de estos vehículos, uno de ellos no lleva etiqueta medioambiental en su parabrisas, lo que viene a indicar que su tecnología ya está completamente obsoleta y que su destino más que probable va a ser en los próximos tiempos tomar camino del desguace dadas las fuertes limitaciones que se le van a ir imponiendo a su uso.

Solo se podrá circular por el 30% de la isla

En Menorca se quiere imponer lo que se viene denominando como «Isla ZBE» desde que se está considerando a este territorio balear como Reserva de la Biosfera. Eso se contempla dentro de una nueva ley que empieza a considerar como tal a todo el territorio de la isla y en la que únicamente se contempla el 30% del espacio de la misma como de libre circulación para los vehículos.

Además, también se tendrá en cuenta el número de vehículos que se desplazan con motivo de los periodos estivales para pasar las vacaciones en la isla, dado que se va a limitar más fuertemente el número de unidades no pertenecientes a ciudadanos residentes que pueden acceder a ella, así como restricciones aún más exigentes a los movimientos de los residentes, salvo que dispongan de vehículos con etiquetas Eco o Cero con los que poder realizarlos.

Esto supone un gran hándicap para la movilidad en la isla, pues de los actuales 50.222 vehículos que comentábamos anteriormente, tan sólo el 3,6% dispone de etiquetas Cero o Eco que les permita circular con total libertad. Esto significa que los 13.243 vehículos con distintivo B y los 24.331 con el C que hay circulando por la isla en manos de propietarios residentes se verán obligados a «electrificarse» sí o sí en el caso de que quieran seguir disfrutando en plenitud de su territorio. De lo contrario, únicamente dispondrán de libertad para circular por ese 30% del territorio que mencionábamos anteriormente.

Y esto, que no sucede en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, donde el número de habitantes supera los tres millones de personas sólo en el núcleo urbano principal, sí que va a pasar en un territorio, la isla de Menorca, en el que ninguna de sus poblaciones supera actualmente los 50.000 habitantes que exige la nueva ley de cambio climático para obligar a  instaurar una ZBE. Es más, tan sólo dos poblaciones en toda la isla (Mahón y Ciudadela) superan los 20.000, lo cual hace aún más anacrónico su posible futuro como ZBE. Máxime cuando en esos casos la normativa únicamente obliga a los gobernantes municipales a instaurarla cuando se superen unos valores en los índices de contaminación que difícilmente se suelen dar en todo el territorio menorquín.

Una ZBE de 700 km2

«Si Menorca convirtiera todo su territorio (unos 700 km2) en una única zona ZBE estaríamos hablando de la mayor zona de bajas emisiones implantada en toda España, superior incluso a las existentes en ciudades como Madrid o Barcelona», comenta Ignacio García Rojí, portavoz de Autoscout 24. Sin embargo, hay que entender que «por su singularidad geográfica y relativo pequeño tamaño», estos territorios isleños tienen «más facilidad para cortar por lo sano con la movilidad tradicional de los coches de combustión y llevar al extremo las excluyentes zonas de bajas emisiones».

Por esta razón, para el representante de Autoscout 24 «es fundamental fomentar un plan renove específico» para este tipo de territorios y otros similares «que ponga el foco en la electrificación y permita ciertos grados de movilidad».

En este sentido, y a la vista del fuerte alza de los precios que están experimentando los vehículos nuevos y que, en especial, todavía tienen los modelos eléctricos que están llegando al mercado, sería de interés que tanto las ayudas existentes para la compra de nuevos vehículos eléctricos como las futuras que pudieran llegar a implantarse contemplaran a los vehículos usados con motores no contaminantes con las etiquetas medioambientales adecuadas, así como también a los de aquellos usuarios que teniendo vehículos dotados con motores de combustión procedieran a la completa electrificación de los mismos para dotarlos igualmente de etiquetas Cero o Eco pese a la veteranía de su fecha de matriculación original.

Curiosamente, los vehículos dedicados al transporte de turistas, en especial los de las flotas en alquiler, no padecen de este problema dado que apenas superan el año de antigüedad por término medio y la gran mayoría, por no decir su práctica totalidad, cuentan con etiquetas Cero o Eco o como poco con motores de combustión de última generación y, por tanto, mucho menos contaminantes.

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