Los extraordinarios son los responsables de que las cuentas de Hertz se salden con números negros al cierre del primer trimestre del año. Concretamente la operación de venta de la división Dolen a Athene Holding por 891 millones de dólares (734 millones de euros), que ha tenido un efecto positivo de 392 millones de dólares (323 millones de euros) sobre el balance de la compañía norteamericana en este periodo.
Esta anotación ha permitido que Hertz pueda anunciar un beneficio de 190 millones de dólares (156 millones de euros) en estos tres primeros meses del año, en claro contraste con las pérdidas de 356 millones de dólares (293 millones de euros) contabilizadas en el mismo periodo de 2020.
Sin contar este efecto extraordinario, el resultado trimestral habría tornado hacia negativo, con unas pérdidas netas, según la información facilitada por la empresa, de 52 millones de dólares (43 millones de euros), en cualquier caso muy inferiores a los 253 millones de dólares (208 millones de euros) de pérdidas ajustadas del ejercicio anterior.
Por su parte, los ingresos de la compañía se vieron reducidos un 33% hasta 1.289 millones de dólares (1.062 millones de euros), mientras que el EBITDA ajustado caída fuertemente de 243 millones de dólares (200 millones de euros) a solo 2 millones en el periodo enero-marzo.
