En apenas siete años, para 2030, España deberá haber multiplicado por 25 su infraestructura actual de puntos de carga para poder cumplir con los objetivos previstos en el Plan de Energía y Clima. De los actuales 15.000 postes que funcionan en nuestro país, los usuarios deberían poder pasar a disponer de los 340.000 puntos necesarios que el citado Plan preveía para esa fecha.
La razón es simple: para 2030, se prevé que el parque de vehículos eléctricos que ruede por nuestras calles y carreteras supere los cinco millones de unidades. Para poder recargar sus baterías, el Plan de Energía y Clima estableció como objetivo el poder disponer de una red de infraestructuras de carga superior a los 340.000 postes de carga ya instalada en España. Cifras que estamos muy lejos de poder alcanzar, al menos a la actual «velocidad crucero» a la que se están produciendo las instalaciones.
«De muy poco va a servir el esfuerzo realizado por la industria de la automoción por proporcionar un completo portfolio de modelos eléctricos al mercado si antes no hemos asegurado una correcta infraestructura de carga donde estos puedan recargar sus baterías». Esta es una de las principales conclusiones a las que llega el IV Observatorio de la Movilidad Sostenible de España promovido por la Fundación Ibercaja a través de su iniciativa Mobility City y por la consultora Grant Thornton.
Los ciudadanos, eje principal de la nueva movilidad
El nuevo informe del Observatorio de la Movilidad sitúa a esta como derecho fundamental de los ciudadanos, tal y como lo establece el articulado del anteproyecto de la nueva Ley de Movilidad, y enfoca a la ciudad como el entorno por excelencia para su desarrollo, dedicando especial relevancia a las nuevas zonas de bajas emisiones que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes tienen la obligación de establecer desde el pasado mes de enero. Como no podría ser de otra manera, el informe también sitúa a los ciudadanos como el eje principal de todo el desarrollo de la nueva movilidad.
Este nuevo informe, que se ofrece bajo el título de «Mano a mano en la movilidad del futuro: Impulsando un ecosistema de éxito a través de la colaboración público-privada», pone de relieve la obligada colaboración que tanto las administraciones públicas como las empresas privadas han de mantener para asegurar un camino más seguro hacia el desarrollo sostenible de la movilidad. De igual modo, advierte a los profesionales que protagonizarán este camino que para trabajar en este sector será necesario adaptarse a los nuevos puestos de trabajo que el mismo generará, mucho más flexibles, deslocalizados en toda Europa y que precisarán de nuevas destrezas, tanto profesionales como formativas.
Entorno plagado de nuevas oportunidades y riesgos
El contenido del informe también destaca como factores para el desarrollo de la nueva movilidad el fuerte impulso de la digitalización en el sector y el desarrollo del vehículo conectado y autónomo, al tiempo que avisa de cómo las exigencias derivadas del actual proceso de descarbonización imperante en el mismo van a crear un entorno plagado de nuevas oportunidades, así como también de riesgos.