Ford acaba de anunciar en Gran Bretaña la introducción en el mercado de su nuevo sistema avanzado de asistencia a la conducción «sin manos» de nivel 2, homologado para su utilización en la red de autopistas de las islas, tras la reciente aprobación del mismo para un país europeo por primera vez.
En total, la marca del óvalo cuenta con más de 193.000 vehículos de las marcas Ford y Lincoln equipados con este innovador sistema BlueCruise. Unidades que ya han recorrido en conjunto más de 64 millones de millas (casi 103 millones de km) y experimentado la conducción sin manos tanto por las vías de alta velocidad de Canadá como de EE.UU.
Y el sistema está tanto convenciendo como llamando la atención de los usuarios, hasta el punto de que la revista Consumer Report ha decidido distinguirlo como el sistema activo de asistencia a la conducción mejor valorado del mercado.
Mayor confort de conducción
Con BlueCruise, Ford aporta un mayor confort a la conducción al tiempo que añade ventajas de nivel superior en materia de asistencia al conductor. El sistema supervisa el trazado de la carretera y los límites del asfalto, las señales de la vía, las condiciones del tráfico y la manera en la que estas van evolucionando para proceder a controlar tanto la dirección del vehículo como su aceleración, la frenada y su posición en el carril por el cual circula. Igualmente, se encarga de mantener constantes las distancias de seguridad más adecuadas respecto del resto de vehículos que circulan por delante suya pudiendo, incluso, proceder a detener el coche por completo en caso de atasco o retención.
Para controlar todos estos parámetros, el sistema utiliza los sofisticados sistemas embarcados a bordo de los vehículos para captar cuantos datos le son posibles sobre el entorno por el que circula, además de conocer —gracias a los sistemas de geoposicionamiento, navegación y de infoentretenimiento a bordo— cuál es la situación del tráfico que circula por delante del coche dentro de un amplio margen de kilómetros o millas.
Y de igual manera que controla cuanto sucede en el exterior del coche, también se preocupa por mantener vigente la atención del conductor de manera continua para garantizar tanto la seguridad de toda la operativa, como la confianza del piloto en la misma. Para ello recurre al uso de una sofisticada tecnología de cámaras de infrarrojos instaladas en el interior. Las cámaras detectan rápidamente si el conductor permanece o no atento a la carretera y a sus circunstancias, reclamándole atención en caso contrario.
Paso adelante en conducción autónoma
Con BlueCruise, Ford ayuda a poner «un pie en el futuro, y eso es algo que no se puede decir todos los días», comenta el director general de Ford Model e en Europa, Martin Sander. Su lanzamiento constituye, según Sander, «un paso adelante muy significativo para la industria del automóvil en Europa y Ford ha sido el primero en lograr introducir un sistema de conducción sin manos y recibir la aprobación para su uso por parte de las autoridades».
«Incluso para los conductores más solventes, en ocasiones circular por las autopistas europeas resulta intimidante y, para muchos, realmente difícil», comenta el director de la división de modelos eléctricos de Ford en Europa. Con BlueCruise, afrontar estas situaciones resulta mucho más gratificante y fácil, dado que el sistema «puede ocuparse de buena parte del trabajo más pesado de la conducción, permitiendo que la conducción por autopista y vías rápidas resulta más llevadera, al tiempo que proporciona a los conductores ese plus en confianza y confort».
Ford ha probado la eficacia y funcionamiento de BlueCruise a lo largo de más de 700.000 millas (más de 1,1 millones de kilómetros) por carreteras y autopistas de todo el mundo, recorridos en los que ha experimentado y puesto a punto todas las características del sistema para garantizar su seguridad de uso. Los ingenieros de la marca han afinado al máximo sus prestaciones para ofrecer en todo momento una experiencia de conducción intuitiva e inspiradora de la mayor confianza, tanto para el conductor como para el resto de pasajeros que viajan a bordo del coche mientras esta se encuentra en acción. Además, y como constata la directora general de Ford en el Reino Unido, Lisa Brankin, «al igual que siempre hacemos, nos hemos esforzado por lograr que la tecnología sea accesible para nuestros clientes y que BlueCruise aporte todo lo necesario para hacer de la conducción en autopista una experiencia lo más cómoda posible».
Para su funcionamiento, el asistente de conducción avanzada en autopista utiliza las ventajas y capacidades que aportan el sistema de Control de Crucero Adaptativo Inteligente (IACC) que aporta el sistema SYNC2 de Ford. Este permite adecuar en todo momento la velocidad del vehículo al ritmo del tráfico circundante, al tiempo que respetar en todo momento los límites de velocidad existentes para la vía, pudiendo, si así fuera necesario, proceder a la completa detención del coche si las circunstancias así lo aconsejan.
Sin manos sólo en autopistas homologadas
En el modo «sin manos», el sistema permite la circulación del vehículo sin que el conductor tenga las manos sobre el volante en aquellos tramos de autopista homologados de Zona Azul. Antes de iniciar su funcionamiento en estas zonas (las únicas donde por el momento se puede proceder a su uso), el sistema detecta, gracias a la información disponible y a las marcas viales dispuestas en la carretera, que se encuentra en una vía de las características adecuadas y que tanto la señalización como las rayas sobre el asfalto son completamente legibles por los sistemas de a bordo. De no serlo, el sistema no permite la activación del modo «sin manos».
Para garantizar que el conductor permanece atento, el sistema muestra distintas animaciones con texto y señales luminosas en color azul (para permitir el uso a personas que sean daltónicas). En el momento en el que BlueCruise entra en funcionamiento, el sistema comunica al conductor que el coche se está desplazando en modo sin manos por sí mismo.
Cinco radares detectan y rastrean en todo momento la posición del coche sobre el asfalto, así como los movimientos y velocidades de otros vehículos a su alrededor, adaptando su marcha en todo momento también en función de los desplazamientos y movimientos de todos ellos en la autopista.
Funciona a velocidades de hasta 130 km/h
El sistema funciona mientras el coche circula a velocidades de hasta 130 km/h. Cuenta, además, con una cámara que va enfocada siempre hacia la delantera del vehículo para captar en todo momento las imágenes que ofrecen las marcas de los carriles y las señalizaciones de la vía, en especial las referentes a la velocidad de circulación.
La cámara de infrarrojos que controla la atención del conductor va situada por debajo del cuadro de la instrumentación y su función es comprobar tanto la mirada como la postura de la cabeza de quien está al volante del coche y asegurarse de que, en todo momento, permanece atento a la carretera.
En caso de advertir que el conductor está distraído o despreocupado de sus obligaciones al volante, el sistema emite distintos mensajes de emergencia que se visualizan en el cuadro de la instrumentación. De persistir el descuido, surgen entonces distintas alertas sonoras, al tiempo que se activa el equipo de frenado del vehículo. Caso de continuar, el sistema procede a detener de manera progresiva y segura la marcha, ralentizándola primero y llegando incluso a detener su avance si así fuera necesario, aunque manteniendo en todo momento el control del coche y su posición en la carretera si el conductor no vuelve a poner las manos en el volante.