El precio de los carburantes se encuentra en niveles de mediados de 2014 tras siete semanas de subidas consecutivas entre septiembre y octubre, de forma que la gasolina se ha encarecido el 27% en lo que va de año y el gasóleo lo ha hecho todavía más, el 29%.
En términos generales, el Gobierno recauda aproximadamente 21.000 millones de euros a través de los impuestos que gravan los carburantes, que representan aproximadamente el 50% del precio final que se paga por la gasolina y el gasóleo.
Con estos precios, afirma Manel Montero, director general del Grupo Moure, “llenar el depósito con 55 litros de gasolina le cuesta al conductor en torno a 83 euros. Mientras que, si hablamos de gasóleo, el precio final queda alrededor de los 76. En definitiva, los carburantes en España se han encarecido a un ritmo que parece no detenerse, al menos a corto plazo”.
Factores del alza
Algunos de los factores que intervienen en esta subida son el encarecimiento del precio del petróleo y, aunque los países de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) redujeron la oferta de barriles de crudo por la baja demanda a raíz de las restricciones del coronavirus, ahora, con una demanda mayor, la oferta se mantiene estática, aumentando así el precio del barril. A todo ello hay que añadir que los operadores han introducido un margen bruto que, según datos de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), es un 50% superior al de 2014, pasando de 0,17 euros por litro a 0,25 euros.
Desglose del precio
Montero señala que, en estos momentos, cuando el precio del carburante está reflejando registros máximos, es muy importante desglosar el precio del carburante, el cual está dividido en tres elementos. En primer lugar, está el precio de la materia prima (petróleo), que como ya se ha mencionado depende de la ley de oferta y demanda y otros factores, como conflictos entre países. Luego aparecen los costes fijos, como el transporte o los intermediaros, que representa entre el 9% y el 10% del precio final. En último lugar, con un valor cercano al 50% del monto, están los impuestos.
En España tenemos tres impuestos que gravan los carburantes, comenta el ejecutivo del Grupo Moure: el Impuesto Especial de Hidrocarburos General (TEG), que se traduce en 400,69 €/m³ en las gasolinas 95 y 307 €/m³ en los gasóleos tipo A; el Impuesto Especial de Hidrocarburos(TEE), que conlleva 72€/m³ tanto en las gasolinas 95 y en los gasóleos tipo A; y el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), con una aplicación del 21% sobre el valor total del precio.
Así pues, tomando como referencia los datos de la AOP (Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos) sobre el precio medio de la gasolina 95 en el mes de agosto, de 1,417 euros que paga el consumidor, 0,699 euros equivalen al carburante y el resto son impuestos (0,717 euros).
Entre los más baratos
Pese al alto nivel de impuestos y las constantes subidas de precio registradas este año, España se sitúa como uno de los países de Europa Occidental en los que el precio del carburante es más bajo. “El 50% del precio que pagamos por el carburante representa impuestos, pero podríamos estar peor. En países como Reino Unido, Alemania, Suecia, Holanda o Luxemburgo el coste fiscal se mueve en torno al 60%”, explica.
Entre las regiones más importantes de la Unión Europea con mayor PIB (Producto Interior Bruto), España destaca tanto por sus precios bajos como por los niveles de impuestos. Países Bajos encabeza la lista, con un precio de venta al público de 1,97 euros/litro de gasolina, de los cuales 1,16 euros son impuestos. En otras zonas, como Portugal, Francia o Alemania, la situación es la misma, con precios por encima de 1,70 euros, de los que cerca del 60% son impuestos.