Las restricciones a la movilidad con motivo de la irrupción de la pandemia y el deterioro de la coyuntura económica en 2020 pusieron el listón lo suficientemente bajo como para que el año pasado se produjese un fuerte rebote en el sector de los carburantes de automoción, tanto por volumen de ventas como por los ingresos obtenidos, auspiciado tanto por el crecimiento de la demanda como por la pujanza de los precios.
Según el Observatorio Sectorial DBK de INFORMA (filial de Cesce), compañía dedicada al suministro de información comercial, financiera, sectorial y de marketing en España y Portugal, las ventas totales de gasolina y gasóleo en España registraron en 2021 un notable aumento en términos de volumen, alcanzando las 32,8 millones de toneladas, un 11,7% por encima de los 29,3 millones de 2020, año en el que se produjo una caída del 15,7% respecto a 2019. Con 22,4 millones de toneladas, las estaciones de servicio canalizaron el 68,3% de las ventas totales de carburantes en nuestro país.
Al ascenso apuntado del volumen de ventas hay que añadir la subida en los precios para explicar el aumento de los ingresos obtenidos por las gasolineras. En este punto, el informe de DBK no ofrece los datos desagregados por países, sino para el conjunto del mercado ibérico (España y Portugal), determinando un repunte del 29% para situarse cerca de los 38.900 millones de euros.
Los datos para el cierre de 2022 apuntan a una prolongación de la tendencia al alza del volumen de negocio sectorial, en un contexto alcista de la demanda de carburantes y de una subida adicional de los precios por el notable encarecimiento del petróleo. No obstante, para la segunda mitad del año se prevé una desaceleración del crecimiento del volumen de ventas a consecuencia de la coyuntura económica.
A finales de 2021 se encontraban operativas 11.236 estaciones de servicio en España, un 1,4% más que en 2020, excluyendo las gasolineras gestionadas por cooperativas.