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viernes, marzo 29, 2024

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El 80% de los vehículos de empresa son de sus empleados: una flota de más de 7 millones de coches

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La conocida como «flota gris» remite a esos vehículos particulares de los empleados que son utilizados para actividades profesionales, y en nuestro país supone nada menos que el 80% del total de los vehículos de empresa, según el «II Estudio de movilidad en carretera por viajes de negocios en España» elaborado por GEBTA en colaboración con Europcar Mobility Group España.

Dicha flota cuadriplica, por tanto, a la flota oficial contabilizada por las compañías españolas, lo que implica un alto coste en términos de contaminación, eficiencia y seguridad ya que en su mayoría, concretamente un 65%, estos coches superan los diez años de antigüedad, cuando en los turismos corporativos este porcentaje ni siquiera llega al 3%; es más, se estima que más de un 70% de ellos están por debajo de los cuatro años.

Este hecho cobra especial importancia, según el estudio, teniendo en cuenta el uso intensivo del vehículo para desplazamientos profesionales, que supera los 2.350 kilómetros mensuales, y las crecientes limitaciones a la circulación de los vehículos más contaminantes. Y constata, a su vez, las oportunidades de mejora que se presentan en la gestión de la movilidad de empresa, un mercado de cerca de 1.900 millones de euros.

En este sentido, Tobias Zisik, director general de Europcar Mobility Group en España, subraya que las políticas de viaje de las empresas no están aprovechando aún todas las posibilidades que ofrece la nueva movilidad, que se encamina más al uso compartido que a la propiedad.

Y alude como ejemplo al carsharing, un servicio que cada vez se utiliza más en los desplazamientos interurbanos de ocio pero que apenas se usa en el 5% de las ocasiones en que se viaja por negocios. Zisik considera, asimismo, que los datos del estudio abren también una vía de oportunidad para el alquiler de vehículos y el coche con conductor, que actualmente suponen la opción favorita de viaje para el 18% y 15% de los casos, respectivamente.

La sostenibilidad, una tendencia al alza

El estudio viene a confirmar también una de las conclusiones manifestadas ya en el Observatorio del Vehículo de Empresa de Arval, como es la creciente importancia que las empresas españolas le otorgan a la sostenibilidad y el impacto ambiental de sus flotas, en particular entre las grandes compañías, para las que serían el principal ámbito de mejora en términos de política de movilidad.

De este modo, un 77% de las empresas tendría previsto incrementar el uso de vehículos eléctricos y la mitad estima que supondrán en torno al 20% y el 30% de sus flotas en los próximos tres años. Unos planes que vienen acompañados por la demanda de los propios empleados: dos tercios de las empresas consultadas afirman que la demanda de vehículos ECO entre sus empleados está al alza.

Evidentemente, esta inclinación por parte de empresas y empleados hacia los vehículos más respetuosos con el medio ambiente viene también motivada por una serie de factores externos, como las restricciones a la circulación en determinadas áreas urbanas y por cuestiones de imagen y RSC. No obstante, esta tendencia favorable al cambio de flota encuentra también elementos disuasorios y barreras como el coste, la autonomía real de los vehículos eléctricos o la escasez de puntos de recarga.

A la vista de todos estos datos, el mercado español presenta, según el estudio, amplias oportunidades de mejora. Por un lado, asociadas a la modificación de la composición actual de una parte significativa de la flota empresarial. Y por otro, a la revisión de las actuales políticas de movilidad corporativa.

Según Marcel Forns Bernhardt, director general de GEBTA, «el automóvil es el principal medio de transporte de los viajeros de negocios, a la vez que un instrumento fundamental para las empresas, que debe pasar de ser considerado una mera commodity a una herramienta eficiente y segura de trabajo para las compañías. Así, la política de movilidad asociada a los desplazamientos por carretera de las empresas españolas exige una visión integral y una profunda revisión, que debe abordarse desde la triple perspectiva de la seguridad, la eficiencia-productividad, así como de impacto ambiental y que debe ser capaz de integrar las diferentes áreas gestoras de la movilidad, así como ámbitos asociados a la seguridad, la prevención o a la RSC».

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