Hasta un tercio de los vehículos usados que se han vendido en el mercado de ocasión español durante este primer trimestre de 2023 no puede circular libremente por las nuevas zonas de bajas emisiones (ZBE) que, obligatoriamente, han de crearse en todos aquellos municipios de más de 50.000 habitantes.
En total, hasta 150.080 vehículos usados transferidos durante este primer cuarto del año carecen de etiqueta medioambiental que les habilite para poder circular por las nuevas ZBE. Según datos de la consultora MSI para Ganvam, la Asociación Nacional de Vendedores y Reparadores de Vehículos, son un 8,2% menos de los que se vendieron entre enero y marzo de 2022, pero aun así, siguen siendo demasiados.
El dato pone de relieve que la implantación de las ZBE en las ciudades todavía no ha impactado de manera significativa en las decisiones de compra que los ciudadanos toman respecto de la adquisición de vehículos de ocasión para su movilidad. De hecho, y tal y como destaca Ganvam, «las ventas de usados cero emisiones apenas han crecido un 1,2% entre enero y marzo, representando únicamente el 1,5% de las transacciones del mercado de ocasión con apenas un total de 7.256 unidades».
Ateniéndonos a las etiquetas medioambientales que han de figurar en sus parabrisas, los vehículos usados más vendidos durante este primer trimestre del año fueron los que portaban adherida la etiqueta C, la correspondiente a los vehículos con motores gasolina matriculados a partir de 2006 y los diésel con motores Euro6. En total, sumaron 163.707 unidades transferidas hasta el 31 de marzo, un 20,2% más que las registradas en el mismo período de 2022.
El 60% de los usados transferidos no puede circular por las ZBE
Por su parte, los etiquetados con el distintivo B sumaron un total de 139.000 unidades transferidas durante este primer cuarto del año 2023. El total de vehículos usados vendidos en el mercado de ocasión que cuenta con limitaciones de acceso y restricciones de uso en las zonas de bajas emisiones supone todavía el 60% de las transferencias realizadas, volumen que dificulta enormemente el logro de descarbonización y renovación del parque que se quiere conseguir.
A la vista de estos datos y con la edad media del parque automovilístico español superando los 14 años de edad, es evidente que se precisan de manera urgente de nuevas políticas más eficaces que permitan acelerar la consecución de los objetivos medioambientales previstos. Ganvam insiste en la puesta en marcha de un nuevo plan de achatarramiento que sea más eficaz que los anteriores y que, respetando el principio de neutralidad tecnológica, incluya incentivos a la compra también para los vehículos usados.
«Un enfoque tecnológico diverso, en el que se incluya el apoyo a la norma Euro6D o motorizaciones posteriores a noviembre de 2015, evitaría que grandes capas de la población se queden fuera de la movilidad de bajas emisiones por razones económicas», comenta el director general de Ganvam, Fernando Miguélez. «No olvidemos —añade— que la movilidad debe ser accesible y asequible, y que de lo que se trata es de reducir emisiones, no tecnologías».