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jueves, junio 1, 2023

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Efectos cohete y pluma: ni la bajada del crudo detiene la subida de la gasolina

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El precio del crudo ha empezado a caer tras unas primeras semanas de incertidumbre en el mercado a causa del conflicto bélico en Ucrania. No así la gasolina, que mantiene su tendencia alcista en las gasolineras españolas, algo que la mayoría de ciudadanos no entiende y que según Manel Montero, director general de Grupo Moure, propietario de la red de gasolineras Autonetoil, se debe a que son dos mercados de cotización diferentes que no siempre están ligados. Explica Montero que «el precio del petróleo está fuertemente influenciado por la oferta y la demanda, mientras que en las gasolineras está marcado por el precio de compra que hayamos conseguido al ir al distribuidor». A estos fenómenos se les denomina «efecto cohete» y «efecto pluma», ya que la subida del precio del crudo acostumbra a provocar un incremento importante de la gasolina, mientras que un descenso del petróleo, no.

El precio del petróleo depende de cinco factores, señala el directivo: las situaciones políticas de orden mundial, las cuotas de producción, las existencias, el comportamiento de los países productores y, por supuesto, la demanda. A su vez, el crudo cuenta con su propio índice de referencia internacional, el barril de Brent.

Es aquí donde surge la principal diferencia, ya que el precio de los carburantes cuenta con su propio mercado, que ya no es internacional sino local, y a pesar de estar relacionados, en muchas ocasiones no funcionan de forma simultánea. Añade Montero que, básicamente, «por un efecto temporal y porque los condicionantes que constituyen el precio del gasóleo y la gasolina ya no son los mismos que componen el precio del petróleo».

Costes añadidos

A la hora de hablar de gasóleos y gasolinas, hay que tener en cuenta no solo el valor de la materia prima (el crudo), sino también los costes de refinería, así como el tiempo que transcurre entre la compra inicial y la fase final de dicho proceso. A todo ello hay que añadir los márgenes de las distribuidoras y los impuestos especiales de los hidrocarburos y el Impuesto de Valor Añadido (IVA), que tienen un gran impacto en el precio de venta el público.

A todas estas razones, Montero suma una más, «la más evidente de las diferencias es que los coches no consumen crudo, sino gasóleos y gasolinas refinadas y distribuidas en los diferentes canales de distribución».

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