Existe una grave falta de puntos de carga para vehículos eléctricos a lo largo de las redes de carreteras de la mayoría de estados miembros de la Unión Europea, según datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA). Concretamente, 10 países ni siquiera tienen un cargador por cada 100 kilómetros de carreteras, 18 tienen menos de 5 puntos y solo cuatro poseen más de 10 cargadores por cada 100 km de carretera. España dispone de 1,1 puntos de recarga por cada 100 km.
Los países con más infraestructura de recarga de vehículo eléctrico por cada 100 kilómetros son Países Bajos (47,5 por cada 100 km de carretera), Luxemburgo (34,5), Alemania (19,4), Portugal (14,9) y Austria (6,1). En el lado opuesto se encuentran Lituania (0,2), Grecia (0,2), Polonia (0,4), Letonia (0,5) y Rumanía (0,5).
ACEA considera que el contraste es muy significativo y lo ejemplariza con la diferencia entre el estado con más cargadores, Países Bajos, y Polonia, uno de los que menos tiene, con una estación de recarga cada 250 km a pesar de contar con ocho veces más de territorio.
Como parte de su paquete climático Fit for 55 publicado en julio, la Comisión Europea propuso que para 2030 las emisiones de CO2 de los automóviles nuevos deberían ser el 55% inferiores a los niveles de 2021, frente al objetivo del 37,5% para 2030 establecido hace solo tres años.
Sin recarga no hay transición
Los fabricantes de automóviles europeos tendrán que llevar al mercado millones de automóviles con carga eléctrica durante los próximos años para cumplir con este nuevo reto. Sin embargo, según el director general de ACEA, Eric-Mark Huitema, “los consumidores no podrán hacer el cambio a vehículos de cero emisiones si no hay suficientes estaciones de carga y repostaje a lo largo de las carreteras por donde conducen”. Su argumento es de peso “si los ciudadanos de Grecia, Lituania, Polonia y Rumanía todavía tienen que viajar 200 km o más para encontrar un cargador, no podemos esperar que estén dispuestos a comprar un automóvil eléctrico”.
El presidente de ACEA alerta de la necesidad de un despliegue masivo de infraestructura en toda la UE en un período de tiempo muy corto y advierte que los avances logrados en algunos países de Europa occidental son alentadores, “pero no deben distraernos del terrible estado de la red de carga en otros países de la UE”.
Huitema asegura que, desafortunadamente, la propuesta de un Reglamento de Infraestructura de Combustibles Alternativos, recogido en Fit for 55, “no está sincronizada con las ambiciones de la Comisión para los objetivos de CO2. Si bien apreciamos la introducción de objetivos vinculantes muy necesarios para las estaciones de carga y reabastecimiento de combustible en cada Estado miembro, será necesario fortalecerlos significativamente si queremos cumplir con nuestros objetivos climáticos”.
En este sentido, la asociación europea reclama al Parlamento Europeo y al Consejo que aprovechen esta oportunidad para crear las condiciones adecuadas para la movilidad eléctrica durante las próximas negociaciones.