Las personas físicas, considerando como tal a los particulares y a los autónomos, estaban llamadas a ser las grandes impulsoras del negocio del renting en nuestro país, pero parece que con el tiempo su empuje comienza a decaer. Según los últimos datos publicados por la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER), el parque en manos de este usuario privado en los nueve primeros meses del año se ha reducido en 3.267 unidades, lo que implica una caída interanual del 2,3% y una reducción de su peso en este canal cercana a los 1,5 puntos, hasta situarse en el 15,1%.
Y no se trata de un efecto colateral provocado por una caída generalizada. Al contrario. El parque del alquiler a largo plazo ha crecido un 6,7% en este periodo para situarse en 892.620 vehículos, con repuntes en todos los segmentos de clientes vinculados al ámbito corporativo, lo que les lleva a acapara entre todos un 84,9% del parque total, frente al 83,5% del año pasado. Así, son las grandes empresas las que más nuevos vehículos aportan al sector, 32.724 unidades que suponen una mejora del 9,1% en un parque que cuenta ya con 390.326 vehículos y una penetración del 43,7%.
Por su parte, las empresas medianas elevan su parque un 8,1%, es decir, 11.911 unidades más para un total de 159.170, lo que les otorga una cuota en el sector del 17,8%. Finalmente, las pequeñas empresas han mejorado sus datos hasta septiembre en un 7,6%, incorporando 14.812 nuevos vehículos; su parque de 208.407 unidades le otorga un peso a este segmento del 23,3%.
Plano en clientes
El caso es que el renting español avanza más rápido en términos de parque que de clientes, a consecuencia del mencionado frenazo experimentado por las personas físicas. Al cierre del tercer trimestre se mantiene prácticamente plano respecto al mismo periodo de 2022, con apenas un alza del 0,3% que sitúa su cartera en 255.902 clientes.
Aquí vemos de nuevo que la evolución del particular no está siendo como se esperaba. Entre enero y septiembre se han perdido un total de 3.293 clientes, cediendo un 2,5% de penetración para hacerse con el 50,7% de los clientes totales. Y al contrario, se aprecia cómo las grandes empresas avanzan un 7,7% con 226 nuevos clientes (1,2% de cuota con 3.150 clientes), las medianas hacen lo propio un 6,1% aportando 814 (5,5% de penetración con 14.031 clientes) y las pequeñas escalan un 2,7% añadiendo 2.933 nuevos clientes (para un total de 108.908 y un peso del 42,5%).
Los datos facilitados por la AER ponen también de manifiesto un ligero incremento de la media de vehículos por cliente, pasando de las 3,28 unidades al término de septiembre del año pasado a las 3,49 de este 2023.
Coletazos de la falta de vehículos
Para el presidente de la asociación, José-Martín Castro Acebes, las dificultades de acceso a los vehículos están detrás de esta paralización del cliente privado: «A pesar de que la falta de vehículos arrastrada desde el ejercicio pasado ha penalizado el crecimiento de los clientes más pequeños, autónomos y particulares, esta caída se ha compensado con un crecimiento del producto entre los clientes tradicionales del renting, como son la gran empresa y la mediana», asegura.
No obstante, Castro-Acebes confía en que se pueda restaurar la tendencia de crecimiento de estos clientes si se produce una estabilidad de la inflación y la recuperación total de la cadencia de fabricación de vehículos y recambios. Lo que sí tiene claro es que a final de año el parque de renting «rebasará un nuevo número redondo, los 900.000 vehículos».