La estrategia eléctrica de Audi acelera con el lanzamiento del Q4 e-tron. No es el pionero, ya que tal honor recae en el e-tron, pero sí el modelo que desde su posicionamiento en el segmento compacto va a hacer más accesible la propuesta de movilidad libre de emisiones de la marca de los cuatro aros.
Y es que si las puertas de aquel se abren al público a partir de los 73.000 euros, el nuevo todocamino rebajará la tarifa de entrada en nuestro país hasta los 44.460 euros cuando se dé el banderazo de salida a su comercialización en el mes de junio, con un sobreprecio aproximado de 2.000 euros para las variantes Sportback.

La parte numérica de su denominación ya nos indica su posicionamiento en la gama. El primer Audi desarrollado sobre la plataforma MEB del Grupo Volkswagen específica para vehículos eléctricos, la misma del ID.4 de Volkswagen, declara una longitud de 4,59 metros, por lo que se sitúa justo a medio camino entre el Q3 y el Q5.
Completan sus cotas, siempre en referencia a la carrocería Q4 e-tron, una anchura de 1,86 y una altura de 1,61 metros, así como una distancia entre ejes de 2,76 metros cercana a la del Q5 (2,82) y que promete una destacada habitabilidad beneficiada, asimismo, por la ausencia de túnel central.

Identidad lumínica a la carta
De apariencia poderosa, este modelo introduce también el siguiente nivel de diseño de la saga eléctrica de Audi. Empezando por el frontal, no podía faltar la parrilla Singleframe de ocho vértices como elemento identificativo de la marca, completamente cerrada dadas las menores necesidades de refrigeración, y bajo ella un blade curvado y una toma de aire con lamas activas.
El carácter innovador de la marca en materia de iluminación que ya constató con el estreno de la tecnología OLED para los grupos traseros del Q5 vuelve a quedar de manifiesto en el Q4 e-tron, esta vez con unas ópticas delanteras, las primeras del mundo, capaces de ofrecer cuatro diseños de firma lumínica seleccionables por el conductor. Opcionalmente, podrá contar con los más sofisticados faros Matrix LED.

La vista lateral pone ante nuestros ojos unos contornos muy marcados, ruedas de grandes dimensiones sobre llanta de 19 o 20 pulgadas y sobre todo un techo, de aspecto flotante, con una ligera caída hacia la zaga que se agudiza en el Sportback para perfilar una auténtica silueta coupé.
La trasera de esta carrocería destaca también por el spoiler dividiendo a la luna en dos partes, dentro de un diseño muy expresivo que acoge, en ambas variantes, una banda de luz uniendo los grupos ópticos y un difusor muy notorio y elevado.

Otra diferencia del Sportback es la dotación de serie del portón de accionamiento eléctrico, que da acceso a un maletero de 535 litros, curiosamente con mayor capacidad que el del Q4 e-tron (520 litros).
Varios de sus elementos de diseño tienen a su vez una proyección funcional, en términos aerodinámicos concretamente, posibilitando que el SUV compacto eléctrico de la casa de Ingolstadt alcance unos notorios valores Cx de 0,28 y de 0,26 en la carrocería Sportback.

Desde una concepción minimalista, su interior es totalmente reconocible como Audi, con sendas opciones de 10,1 u 11,6 pulgadas para las pantallas centrales y la instrumentación digital virtual cockpit de 10,25 pulgadas en un puesto de conducción claramente orientado al conductor.
Completa el triángulo de fuentes de información una de las innovaciones más relevantes de este modelo, un sofisticado sistema de proyección Head-up display con realidad aumentada.
Las novedades siguen con el estreno de una nueva generación de volantes con controles táctiles para la instrumentación y se extienden a una superficie frontal de tipo flotante que integra el compacto selector del cambio o a la presencia de un airbag central entre los asientos delanteros.
Presume a su vez de huecos portaobjetos repartidos por el habitáculo -25 litros de capacidad entre todos ellos- y algunas de las tapicerías disponibles, así como el revestimiento del suelo, ciertas molduras decorativas y otros elementos del exterior, hasta un total de 27, utilizan materiales reciclados.

Neutro en todo su ciclo
Y es que el carácter sostenible del Q4 e-tron no empieza ni acaba en su sistema de impulsión eléctrico, sino que abarca todo su ciclo de vida. Desde la utilización de electricidad verde tanto en la factoría de Zwickau como por parte de los proveedores de celdas de batería que permiten su producción con una huella de carbono neutra hasta el reciclaje de las baterías en la fase final. Entre medias, distintas soluciones pueden garantizar su recarga con electricidad generada de forma renovable.
Para esta fase de uso se ponen a disposición del cliente tres alternativas. La versión de entrada 35 e-tron dispone de un motor eléctrico de 125 kW (170 CV) alimentado por una batería con una capacidad neta de 52 kWh que homologa una autonomía de 341 kilómetros o 349 en el caso del Sportback.
El rango de uso se dispara hasta los 520 y 528 km, respectivamente, en la opción intermedia 40 e-tron gracias a su batería de 77 kWh, que suministra la energía a un motor más potente, de 150 kW (204 CV).
Misma batería y motor trasero para el tope de gama 50 e-tron quattro, el único con tracción integral gracias a la incorporación de un segundo motor eléctrico de 80 kW (109 CV) en el eje delantero. Entre ambos pueden deparar una potencia máxima de 220 kW (299 CV) y su autonomía se fija en 488 y 497 kilómetros para el Sportback.

Para su recarga, la batería más compacta admite hasta 7,4 kW con corriente alterna y hasta 100 kW en un punto de alta potencia con corriente continua, mientras que la de mayor capacidad admite hasta 11 kW y 125 kW, respectivamente.
Audi quiere facilitar esta tarea a sus clientes poniendo a su disposición los cerca de 210.000 puntos de carga en 26 países europeos del servicio e-tron Charging Service y con condiciones preferentes en la red IONITY.