«No podemos construir un modelo de Zonas de Bajas Emisiones basado en una jerarquía antivehículos. No es realista para las necesidades de los ciudadanos ni tampoco para el modelo social, económico e industrial de un país como España, segundo fabricante europeo de vehículos», ha comentado el director general de Anfac, José López-Tafall, al reclamar una implantación más homogéna para las ZBE.
La obligada implantación práctica de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes está resultando dispar y conflictiva en todas ellas, lo que pone en peligro tanto los procesos de establecimiento de las mismas como su adecuado conocimiento y uso por parte de los conductores, que, no olvidemos, son los principales afectados por las mismas.
Anfac, la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones, ha presentado una propuesta para el establecimiento de las ZBE. Se trata de un conjunto de medidas cuyo objetivo es conseguir una implantación práctica, coordinada y que realmente contribuya a que los ciudadanos puedan contar con distintas opciones de movilidad para desplazarse, sin que por ello se pueda considerar que la norma está en contra de los vehículos particulares de uso privativo como viene sucediendo hasta ahora.
Desde la propia asociación se reconoce que el establecimiento de las ZBE «es una necesidad real» para poder luchar contra la contaminación y regular los flujos de tráfico y acceso al centro de las ciudades donde estas zonas han de implantarse. Sin embargo, también consideran que es absolutamente necesario que las mismas se creen sin generar ningún tipo de incertidumbre entre los ciudadanos, respetando sus libertades y de tal forma que además sea posible que no provoque animadversión por ningún tipo de vehículo en concreto.
Anfac quiere evitar que se cree o se siga manteniendo esa conciencia que actualmente existe de que es necesario «ir en contra de los vehículos privados». Muy al contrario, desde la patronal de los fabricantes quieren propiciar unas bases para establecer ese marco común que todas las ciudades implicadas deben aplicar en sus territorios.
Un marco común que, aunque evidentemente no deberá estar sujeto a las mismas normas en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes (cada una de ellas tiene su particular configuración e idiosincrasia en materia de movilidad), sí que ha de servir como punto de partida para permitir tanto mejorar la calidad del aire que respiran los ciudadanos como favorecer la transición a una movilidad eléctrica y más sostenible.
«Es importante que este debate no quede en el aire y que cada municipio afectado aproveche este año para conocer y establecer el modelo de movilidad que su ciudad quiere y precisa. Las ZBE tienen fuertes efectos de cara al rejuvenecimiento del parque automovilístico y son un tema que claramente es necesario abordar para reducir las emisiones de gases contaminantes», comentaba López-Tafall durante el acto de presentación de su propuesta.
En el mismo se dio conocimiento de los principales datos de un informe elaborado por Ideauto para Anfac en el que se pone de manifiesto que el 47% de los vehículos que circularon por España en 2022 supera los 15 años de antigüedad, porcentaje que se eleva hasta el 63% cuando hablamos de vehículos matriculados de diez o más años de edad.
Además, el informe señala que el 62% del actual parque circulante (excluyendo del mismo a las motocicletas) o bien tiene etiqueta B o bien carece de ella. Y conviene recordar que entre los vehículos de ambos grupos son responsables de nada menos que el 90% de las emisiones que se producen a diario en nuestras calles y carreteras.
Por estas razones, desde Anfac se considera prioritario trabajar siempre sobre la base de estos datos a la hora de establecer las posibles restricciones de acceso, circulación o estacionamiento en las ZBE, previendo siempre que ante todo hay que hacerlo desde la necesaria perspectiva que permita a los ciudadanos mantener su movilidad y hacer que esta sea perfectamente viable de cara al futuro.
Anfac también considera prioritario mantener ante todo una visión supramunicipal, más allá de las decisiones que en particular pueda adoptar —tal y como establece el Real Decreto que regula las ZBE y que deja en manos de los municipios la toma de decisiones—cada ciudad en su territorio. Y todo ello sin perder de vista que, lógicamente, el objetivo es alcanzar la máxima extensión posible de una manera lo más armonizada posible, dado que, de lo contrario, las incoherencias y desigualdades podrían resultar desastrosas no sólo para la movilidad de vehículos y personas, también para las actividades económicas y el comercio.
Un establecimiento de las ZBE que además debe contemplar en todo momento el actual proceso de descarbonización del parque, así como su necesaria renovación y el establecimiento del número de puntos de recarga eléctricos adecuados que ello conlleva, para alcanzar el objetivo común de lograr una movilidad mucho más sostenible.
Las acciones a realizar contemplan, igualmente, la definitiva resolución a la problemática taxi vs VTC existente, y adecuarla por igual a todas las ciudades para evitar confusión a los usuarios. Además, teniendo en cuenta el elevado número de kilómetros que estos vehículos realizan «de vacío» cuando no ofrecen servicio alguno, es preciso igualmente incentivar el rejuvenecimiento de la flota existente bien mediante vehículos cero emisiones, bien al menos mediante vehículos dotados con etiqueta C.
Para Anfac, se precisa contemplar también el establecimiento de otro tipo de soluciones que ya están dando sus frutos en las ciudades donde su uso ya se ha regulado. Es el caso de las soluciones de carsharing, de motosharing y otras alternativas de movilidad, así como de la necesaria renovación y rejuvenecimiento de las flotas de vehículos de transporte público con vehículos con etiquetado CERO y ECO.