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jueves, abril 18, 2024

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ACEA reclama una mayor producción europea de microchips para fortalecer la soberanía tecnológica de la UE

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Para evitar situaciones como la que actualmente está viviendo la industria europea del automóvil, es decir, la escasez de microchips y, por ende, la escasez de oferta de vehículos, el director general de ACEA, Eric-Mark Huitema, reclama incrementar la capacidad de producción de semiconductores en la Unión Europea como forma de fortalecer la soberanía tecnológica de Europa y reducir su dependencia de los proveedores extranjeros. En este sentido, Huitema advierte que Europa debe elaborar un plan estratégico para aumentar la producción de semiconductores dentro de sus fronteras, pero asegurándose de que esta nueva capacidad de fabricación proporcione los tipos correctos de chips que se utilizan en los vehículos.

Señala que, además de aumentar la producción europea de diminutos chips de tan solo dos nanómetros, es prioritario incrementar la disponibilidad de microchips ligeramente más grandes, de 14-28 nanómetros, que son ampliamente utilizados por la industria de automoción. Los microchips de siete nanómetros o más pequeños se emplean para algunas aplicaciones automotrices muy específicas actualmente, pero los desarrollos en Inteligencia Artificial y pantallas avanzadas exigirán chips de alta tecnología más grandes.

Vulnerabilidad

Comenta Huitema que, al observar las dimensiones geopolíticas de esta crisis sin precedentes, “podemos ver cuán extremadamente vulnerable es la cadena de suministro de semiconductores actual”, y asegura que es necesario minimizar urgentemente la dependencia de Europa de los mercados extranjeros para estos componentes vitales. El aumento de las tensiones globales entre los principales mercados y la tendencia a que siga aumentado la demanda de chips hacen que los riesgos de dependencia de semiconductores de Europa sean aún más evidentes.

Como destacó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Parlamento Europeo el mes pasado, la UE todavía depende en gran medida de los “chips fabricados en Asia. Entonces, esto no es solo una cuestión de nuestra competitividad, también es una cuestión de soberanía tecnológica. Por ello, ACEA se alegra de los recientes anuncios de los fabricantes europeos de chips para impulsar la fabricación local y de la ley europea de chips, que la Comisión lanzará a finales de año y que, según Von der Leyen, «creará un ecosistema europeo de chips de última generación, incluida la producción, que garantice nuestra seguridad de suministro”. En este sentido, iniciativas como la Alianza Industrial de la UE para Tecnologías de Procesadores y Semiconductores, lanzada recientemente, es un paso muy importante en esta dirección.

La asociación europea de constructores está convencida de que la mejora en la resiliencia de los semiconductores de Europa, tanto para abordar los problemas agudos de la cadena de suministro como para fortalecer su soberanía tecnológica a largo plazo, pasa necesariamente por intensificar la colaboración entre todos los niveles de la cadena de suministro y los gobiernos europeos.

La importancia de los chips

Si bien la industria automotriz no es uno de los mayores consumidores de microchips, la transición a la movilidad de cero emisiones y la digitalización de los vehículos están aumentando dramáticamente su demanda. El éxito de la transformación hacia una Europa libre de emisiones seguirá siendo incierto mientras no haya suficientes chips, pues son esenciales para muchos sistemas importantes y el funcionamiento de los vehículos, y de cara al futuro también son clave para los procesos basados ​​en inteligencia artificial y otras innovaciones que harán que los vehículos sean aún más inteligentes.

La falta de stock de vehículos nuevos, combinada con el aumento de precios de los microchips debido a su escasez, perjudica al mercado y al precio de los automóviles, además de ralentizar la renovación del parque de vehículos de la UE, lo que pone en peligro las ambiciones climáticas de Europa. Todo parece indicar que la escasez de microchips persistirá durante un largo período de tiempo, posiblemente hasta 2022, lo que retrasará la recuperación. Dicho de otra forma, la oferta no estará en línea con la demanda de los consumidores y se pospondrán las entregas de vehículos.

Por tanto, se trata de un grave problema de la cadena de suministro, con consecuencias igualmente graves e inmediatas para el sector automovilístico europeo, por lo que los desafíos más urgentes deben abordarse en un futuro muy próximo. Mejorar la fiabilidad de los diferentes niveles de la cadena de suministro de microchips debe ser un objetivo primordial a nivel europeo, dada la complejidad de la cadena de valor de la automoción.

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