La especial afectación que ha tenido la pandemia del coronavirus en el sector del alquiler de vehículos se ha manifestado con toda su crudeza en los resultados de una de las grandes del sector, Europcar Mobility Group. El resultado neto del pasado ejercicio ya lo dice todo: unas pérdidas de 644,8 millones de euros cuando la compañía venía de ganar 29,6 millones en 2019.
Su facturación se contrajo severamente durante los últimos doce meses. Los más de 3.000 millones contabilizados hace dos ejercicios se han quedado en 1.760,9 millones, un 41,7% de caída achacada a la crisis económica y las restricciones de movilidad.
El principal responsable de este desplome ha sido su principal segmento de negocio, una división de automóviles que en 2020 retrocedía un 49,6% hasta los 1.087,9 millones de euros. Tras ella, la división low cost experimentaba un descenso del 30,7% y 284 millones; un 14,8% movilidad urbana, con 41,7 millones; y la menos afectada, el área de furgonetas y camiones, que perdía un 11,7% hasta 323,1 millones de euros.
UN CUARTO MENOS DE FLOTA
Las restricciones a la movilidad han motivado una sustancial reducción de su parque. Cerraba el año con una flota media de 247.700 vehículos, un 24,5% por debajo de los 328.000 anotados en diciembre del año precedente, lo que ha permitido reducir los sus costes en mantenimiento de flota un 21,4% hasta 594,1 millones de euros.
En términos porcentuales, el número de días de alquiler en 2020 ha estado incluso por debajo de la reducción de la flota: 56,4 millones frente a los 91 millones de 2019, un 38% menos.